El próximo 2 de julio Andrés Calamaro concretará su quinta visita a Chile. Y lo hará con una gira por tres ciudades en la que mostrará parte de su más reciente disco, “Romaphonic Sessions” (2016), una sesión de estudio donde repasa canciones propias y ajenas solo acompañado del piano de Germán Wiedemer, uno de sus fieles colaboradores.

Se trata del tercer volumen de “Grabaciones Encontradas”, un concepto que Calamaro creó a principios de los noventa y que 10 años después revive gracias a una placa que recopila versiones para “Mi enfermedad”, “Los aviones”, “Paloma” y “Siete segundos”, además de “Nueva zamba para mi tierra” de Litto Nebbia y “Garúa” de Aníbal Troilo, entre otros.

El origen del disco se explica en un show que Calamaro preparaba con especial dedicación: iba a telonear a Bob Dylan en Buenos Aires, y para ello había trabajado en un setlist distinto. Lo que escuchamos hoy, en las 10 pistas de “Romaphonic Sessions”, es el registro de aquel ensayo. Un ejercicio íntimo que el argentino pretende replicar en su paso por Santiago (Movistar Arena, 2 de julio), Valparaíso (Teatro Municipal, 5 de julio) y Concepción (Teatro Universidad de Concepción, el 7 de julio), con una formación inédita en estas tierras.

BioBioChile conversó con “El Salmón” a semanas de su inminente arribo al país. Aquí habla del actual momento de la industria musical, de su carrera, de “Romaphonic Sessions” y las presiones por grabar un nuevo álbum.

¿Cómo definiría el trabajo de Germán Wiedemer en “Romaphonic Sessions”, el disco donde lo acompaña con su piano?
– Germán es extraordinario y lo está demostrando en esta gira en cada concierto. El disco es apenas una jornada con Germán que también comparte los créditos de producción en “Jamón del Medio” (Live álbum) y dirige el cotarro en la gira, en tanto y en cuanto a lo musical, claro está.

¿Qué recuerdos tiene de la grabación de “Romaphonic Sessions”? ¿Cómo fue aquella jornada?
– No hay mucho que recordar. Aquello fue lo mas austero y recoleto que usted se pueda imaginar. Canté sobre unos pianos de referencia que después Germán volvió a tocar según creo. Ni siquiera fue una verdadera sesión de grabaciones con piano.

¿Siente apuro de publicar un disco con canciones nuevas?
– No siento ningún apuro, ni siquiera pienso en eso. Le soy sincero.

¿Pretende revivir la mística de “Romaphonic Session” en sus presentaciones en Chile? ¿Serán una tónica los momentos de piano y voz?
– En la gira somos cuatro. Sumamos compás con la percusión de Martín y ancho de banda con el contrabajo de Toño. Hay mucho más que en aquel disco.

¿Cree que goza de buena salud la actual escena del rock argentino? ¿Cuál es su diagnóstico?
– Sí, goza de buena salud porque hay miles de jóvenes formando sus grupos de rock y buscando dónde ensayar y tocar. El rock en Argentina es una institución. Y siempre hay bandas y artistas muy interesantes.

¿Cómo fue colaborar en el último disco de Julio Iglesias? Él nunca había grabado un disco de duetos y contó que “a nadie se le había obligado” a cantar con él.
– Solo tengo las mejores palabras para Julio. Su generosidad, su grandeza, inteligencia y potestades únicas que solo tiene Julio Iglesias. Fue muy amable conmigo y estoy muy honrado de participar en el disco de duetos para México.

En los últimos años hemos sido testigos de la muerte de grandes referentes de la música (Bowie, Goerge Michael, Lou Reed) ¿Le preocupa la muerte? ¿Tiene consciencia del concepto “legado musical”? 
– Frente a la fragilidad de la vida todos somos iguales. Soy un ateo que no cree en reencarnaciones por considerarlas sobrenaturales. En cuanto a mi legado, considerando el contexto de la pregunta no debería preocuparme mucho. Estoy agradecido por la siembra de la cosecha de canciones (sic), tanta gente que realmente se encontró identificada en frases, canciones, una forma de hacer las cosas…

¿Le gustan las plataformas de streaming (Spotify, Apple Music, etc.)? ¿Cree que es un sistema justo para los artistas? ¿Sirve, acaso, para internacionalizar una carrera?
– No es una medida justa porque desapareció la música como objeto. Los verdaderos amantes de la música siempre se las ingeniaron para escuchar su música preferida. Hace treinta años no escuchábamos menos música que ahora pero existían los discos. Es posible que sirva para internacionalizarnos un poco pero hay miles de artistas en las redes que no lo consiguen.

En Chile estamos celebrando los 100 años del natalicio de Violeta Parra. ¿Qué opinión tiene de su obra?
– Respeto y cierta desinformación que me sugiere no opinar más.

En Chile aún se recuerda el festival El Abrazo, donde se cruzaron músicos chilenos y argentinos en un mismo escenario. ¿Le gustaría repetir esa iniciativa? ¿Que opina de los festivales de música?
– No me gustan demasiado los festivales. Prefiero un escenario que podamos controlar. Y un techo.