Juan Pablo Meneses (Santiago, 1969), periodista y escritor de libros de no ficción, entrega esta novela que combina, de manera notable, dos historias íntimamente ligadas: el bom-bardeo a Santiago el 11 de septiembre de 1973 y un trauma infantil del protagonista.

De paso, “Una historia perdida” indaga en el bombardeo del Hospital de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), durante el golpe de Estado. A las tres versiones entregadas durante estos años, el protagonista, Pablo, agrega una nueva versión, o hipótesis.

Juan Pablo Meneses

Juan Pablo Meneses ha publicado, entre otros, Equipaje de mano, Hotel de España, La vida de una vaca, Niños futbolistas, Una vuelta al Tercer Mundo y Sexo y poder, el extraño de-stape chileno. Es un periodista y escritor de no ficción. Un viajante autoexiliado -desde el año 2000- que rehúye de Chile. Hasta ahora, llevaba 20 años sin escribir ficción.

Una escapatoria que, temprano o tarde, será fallida. Y eso sucede cuando muere la madre de Pablo. Ese movimiento telúrico -que casi todos hemos vivido o viviremos, con distintas intensidades y consecuencias- despierta en él la memoria infantil.

Esa muerte renueva su primer recuerdo, donde se funden de manera increíble su madre y uno de los hechos más relevantes de la historia de Chile. El golpe cívico militar y el bom-bardeo de Santiago.

El libro, mezcla de ensayo, libro de investigación y de ficción (la editorial Tusquets la califica como “su primera novela”), es un largo viaje (como le gusta a Meneses) para indagar en un hecho borrado o camuflado de nuestra historia y en la historia del autor. Una búsqueda so-bre la memoria, traumas infantiles, raíces y sus efectos en la vida. En la historia de vida. De Meneses. Pero que puede tener paralelos, similitudes o ser un referente para la vida de tan-tos.

La historia perdida

El bombardeo de Santiago se ha reducido a los brutales -tan reales como simbólicos- ataques aéreos al Palacio de La Moneda, con el Presidente de la República y varios de sus colaboradores en su interior. Brutal por la diferencia de fuerzas, por lo innecesario. Y brutal y torpe en su aspecto simbólico, transformándose en una imagen anticipatoria de lo feroz y primitivo que vendría: Una dictadura que, desde ese momento, se transformó en un símbolo de brutalidad a nivel mundial.

Sin embargo, el peso de las imágenes de los aviones Hawker Hunter disparando sobre el palacio de gobierno -con las llamaradas saliendo de las oficinas presidenciales y quemando la bandera chilena- han borrado todo el resto.

Así, el bombardeo de la residencia presidencial de Tomás Moro quedó en un muy menor segundo plano. Y en las sombras, el bombardeo a la antena de radio Magallanes (también para Meneses). Y en una nebulosa, los proyectiles que impactaron al Hospital de la FACH.

Un bombardeo olvidado

Un niño vivía en el centro de un triángulo, cuyos vértices eran la residencia presidencial de Tomás Moro, el Hospital de la FACH y la vivienda de la familia Pinochet Hiriart.

Ese niño, el 11 de septiembre de 1973, quedó traumado al sufrir el bombardeo. Esos proyectiles que cayeron en el Hospital de la FACH, tan cerca de la casa familiar. Trauma que descubrió, o del que fue consciente y le pudo poner nombre, muchos años más tarde. Algo que pudo enfrentar mejor, empezar a elaborar, al escribir el libro.

Con la muerte de su madre, Pablo recuerda, y ese recuerdo se transforma en obsesión. ¿Qué pasó ese día? ¿Cuál es la verdad? ¿Por qué recuerda el Hospital de la FACH semi destruido pero no hay fotos de eso? ¿Por qué hay tan pocos relatos al respecto?

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Entonces empieza a investigar las distintas hipótesis que, durante más de 45 años, han circulado. Que los pilotos de los Hawker Hunter eran norteamericanos, y por eso el error de blanco, por desconocimiento. Que uno de los pilotos -a pesar de la precisión de los otros- erró en la puntería (se encandiló o no supo reconocer el blanco). O, saltándose los protocolos, que el Comandante en Jefe de la FACH -y luego integrante de la Junta Militar- Gustavo Leigth nombró a su hijo para esa misión, dejando el saldo mencionado (hipótesis que dejaba contento a opositores y oficialistas, todos interesados en atacar a Leigth).

Pero había otra hipótesis. Y es la que sigue Pablo después de descartar tods las anteriores.

La historia es la mentira y el silencio de los vencedores

Un bombardeo olvidado que aporta, al menos, en dos temas muy relevantes. Por un lado, los efectos de los traumas infantiles a lo largo de la vida de las personas. Traumas y efectos que se van expresando en grandes hechos y decisiones como en pequeños detalles. Pero que están ahí, como fantasmas al acecho. El libro, en esto, es fértil. Una invitación a las y los lectores a mirarse e indagar.

Por otro lado, en lo público, muestra -como en tantos otros casos- que la historia la escriben y la imponen los vencedores. En este caso, la FACH que, durante años, ha ocultado los nombres de los pilotos que bombardearon La Moneda.

Pero es más. No es sólo silencio u omisión. El bombardeo olvidado muestra que la FACH, a pasar de los años transcurridos, de tantos cambios y declaraciones, sigue con los pactos de silencio, adhiriendo al golpe cívico militar y sus consecuencias, mintiendo, negando y ocultando. Teniendo una postura política y, por lo tanto, deliberante. Generando miedo en al-gunos que pudieran decir verdades.

Un aporte

Una historia olvidada es un buen aporte. En valorar el sentido e importancia de la memoria particular y colectiva, de vincular lo íntimo, lo privado, y lo público. De cuestionar la “historia oficial”. De mirarse, cuestionarse, ponerse a prueba.

Es un aporte al investigar un hecho histórico, abrir un tema oscuro, ocultado y negado. Y develar, de paso y desde la ficción, la verdadera postura -hasta la actualidad- de la Fuerza Aérea de Chile.

Falencias y peligros

Como punto débil, al menos para mí, está lo reiterativo -obsesivo- del libro. Lo autorreferente, autocentrado. La historia perdida, en largos pasajes, es la historia del autor, pasando el tema del bombardeo a segundo plano.

Y lo peligroso, tiene relación con la mezcla de no ficción con ficción, de realidad con ficción. Juan Pablo Meneses cita y menciona de manera prolífica a periodistas y escritores de no ficción. Y alaba el que la ficción complete o, en algunos casos, suplante la realidad.

Lo anterior puede llevar a dos problemas. Que los que tienen el poder pueden inventar la historia a su gusto, según sus intereses, privando a sus protagonistas y descendientes.

El otro problema, en términos puntuales de Una historia olvidada, es que Meneses plantea que la brutal represión al interior de la FACH (la mayor entre todas las ramas armadas y de Carabineros) se debería al episodio investigado. Entonces, parece del todo necesario saber qué es verdad y qué es ficción, porque ello tendría directa relación con el sufrimiento de muchas personas, de familiares y cercanos. Abrir dolores no debiera ser producto de ambigüedades, de necesidades literarias de un autor. No puede quedar esa idea en el limbo difuso entre la ficción y la no ficción que plantea el autor.

Una historia olvidada es un libro que abre diversas discusiones sobre temas rele-vantes, necesarios.

Portada de Una historia perdida
Editorial Planeta Chilena S.A.

Una historia olvidada

Juan Pablo Meneses
Tusquets editores
Editorial Planeta Chilena S.A.
Julio de 2022, Santiago de Chile