Libro Los límites de la Fuerza. Mitos y verdades sobre los Derechos Humanos” aborda de manera didáctica seis “mitos” recurrentes sobre el tema.

“Sólo se preocupan de los derechos humanos de los delincuentes. ¿Qué pasa con los derechos humanos de los policías o de los ciudadanos honestos?”, es el primer “mito”.

El libro Los límites de la Fuerza. Mitos y verdades sobre los Derechos Humanos, de la abogada de la Universidad de Chile y máster en Derecho internacional de la Universidad de Cambridge, Catalina Fernández Carter, parte analizando ese “mito”, una frase que hemos escuchado decena o cientos de veces en boca líderes como de personas comunes.

Con un lenguaje y desarrollo muy accesible para grandes públicos, Catalina Fernández aborda seis “mitos” desde una perspectiva favorable, pero crítica al mismo tiempo, a los Derechos Humanos y las instituciones encargadas de velar por ellos.

“Los límites de la Fuerza. Mitos y verdades sobre los Derechos Humanos” busca diferenciar los roles y objetivos de distintas instituciones, tratados y leyes, tanto internacionales como locales. Esta explicación permite entender la importancia y necesidad de cada una de ellas como la de percibir cuándo están funcionando bien y cuándo no.

Así, Catalina Fernández insinúa que detrás de muchos de estos mitos se esconde la propia incapacidad de otras instancias de hacer bien su labor. Por ejemplo, cita el caso de Carabineros de Chile, que han violado los Derechos Humanos, sin desconocer por ello que haya actos delictuales evidentes e innegables.

“Y no hay nada que hagamos (o dejemos de hacer) que pueda hacernos “perder” esos derechos. Por ello, si un manifestante violento instala una barricada y, desde ahí, apedrea a la policía (o le lanza bombas molotov o cualquier otra cosa), ese manifestante también tiene derechos humanos, aún cuando no haya dudas de que está cometiendo un delito.” (pp 72)

Sin embargo, es tajante al afirmar que Carabineros sabía que los perdigones de goma atentaban contra los Derechos Humanos, por las lesiones que pueden causar a corta distancia (incluso letales) o la imprecisión a larga distancia, no pudiendo discriminar entre manifestantes violentos y pacíficos.

“Chile debiera salirse de la ONU. La ONU no sirve de nada y es un invento de los comunistas/de los imperialismos”, es el tercer “mito”, al que han recurrido personajes y gobiernos de derecha e izquierda.

A modo de ejemplo, sobre la tortura, Catalina Fernández escribe que la tortura está siempre prohibida, en cualquier circunstancia (y para ello, pone un ejemplo extremo), y es una violación a los Derechos Humanos cuando es cometida por funcionarios públicos. La discusión en este tema no son “los límites y excepciones de la prohibición (porque no las hay) sino definir qué acto constituye tortura”. (pp 53)

>“Ahora cualquier cosa es un derecho humano. ¿Qué pasa con los deberes humanos?” es el segundo mito. Y, para terminar este capítulo, la autora cita a Nicanor Parra

A todo esto
Qué pasa con los deberes humanos
Ofrezco la palabra
Mucho se habla de derechos humanos
Poco
Nada de los deberes humanos
Primer deber humano
Respetar los Derechos Humanos
(pp 73)

Que así sea.

Por último, Catalina Fernández sostiene que “la lucha por los DD.HH. No puede medirse por nuestros éxitos o nuestra posibilidad de triunfo, sino por la justicia de nuestros objetivos” (pp 118), citando las enseñanzas de José Zalaquett.

El libro es una invitación y un llamado a hacer de los Derechos Humanos una demanda y lucha ciudadana permanente, que entregue dignidad a todas las personas, independiente de su origen, creencias, nacionalidad, género, etc. Algo necesario en todas partes, incluso en las democracias de países desarrollados.

Los límites de la fuerza, La Pollera Ediciones (c)

Los límites de la Fuerza. Mitos y verdades sobre los Derechos Humanos
Catalina Fernández Carter

La Pollera Ediciones
Noviembre de 2020