El Monumento al general Manuel Baquedano, ubicada en la plaza del mismo nombre, o Plaza Italia, o Plaza de la Dignidad, o Zona Cero, se ha transformado en un símbolo de las movilizaciones que se han estado realizando desde hace casi tres meses en el país.

Un símbolo por su ubicación, por las diversas intervenciones que ha tenido, por ser moitivo repetitivo en diversas imágenes hasta por los intentos fallidos por derribarla.

En ese contexto, y antes de la sesión que tendrá mañana el Consejo de Monumentos para tratar este tema, diversas organizaciones han emitido el siguiente comunicado público:

Ante la sesión del Consejo de Monumentos Nacionales que definirá el destino del Monumento a Baquedano, programada para este miércoles 8 de enero:

Organizaciones de la sociedad civil proponen gestión participativa de la ciudadanía en futuro del Monumento a Baquedano.

Los abajo firmantes trabajamos en diversas causas sociales y pertenecemos a distintos colectivos relacionados con la infancia, el derecho a la ciudad, el patrimonio, la cultura, los pueblos originarios, la emergencia climática y la equidad de género, entre otros. Sostenemos que el futuro del monumento a Manuel de Baquedano, debido a su condición de ícono del estallido social, debe ser consensuado entre la ciudadanía en conjunto con las autoridades respectivas.

Manifestamos nuestra disposición a cooperar y a invitar a que más organizaciones se sumen a este significativo proceso que se abre junto la Municipalidad de Providencia y el Consejo de Monumentos Nacionales dependiente del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, para colaborar en esta etapa donde sea acogida la voz ciudadana en el debate sobre el espacio público, el patrimonio y sus símbolos.

Los monumentos, por su propia naturaleza, a menudo se modifican significativamente con el tiempo, mostrándo una capa compleja de formas y una sedimentación de significados relacionados con los diferentes episodios de la vida social en curso. En este contexto, desde los años 90 ha surgido un cambio de paradigma en la conservación del patrimonio a nivel internacional. Este se destaca por reconocer el carácter cambiante del patrimonio, por la redifinición de categorías conceptuales, tales como el de la “autenticidad”, para integrar visiones mas flexibles y acordes a cada cultura y sus propios procesos históricos, y por una valoración creciente de la ciudadanía como un actor fundamental en las decisiones sobre la preservación y gestión del patrimonio. Organizaciones como ICOMOS y UNESCO han enfatizado en la importancia de considerar la experiencia humana y la diversidad de visiones que existen en la sociedad al momento de pensar sobre el futuro del patrimonio, los monumentos y los paisajes culturales.

En consecuencia, entendemos que el monumento a Baquedano hoy simboliza las esperanzas y demandas sociales de un periodo de la historia, y su resignifcación nos permite imaginar un país equitativo y justo que garantice derechos sociales elementales. Es por eso que el monumento que originalmente conmemora la historia de una batalla militar, hoy pasa a transformarse en una suerte de “Caballo de Troya”, que integra en su forma y fondo nuevos sentidos que se suman a su condición histórica.

El monumento a Baquedano es actualmente uno de los lugares del país más fotografiado y representativo del proceso democrático de Chile y sus imágenes recorren el mundo. Millones de personas se han reunido a su alrededor y se han subido a su lomo de bronce, como una metáfora del despertar social. Estimamos que el hecho de apropiarse de ese lugar es un llamado para reenfocarnos en nosotros mismos. Queremos mirar, pero también ser vistos, pero por sobretodo dialogar y crear juntos el país que soñamos.

La alteración de algunos monumentos en el contexto del estallido social dan cuenta de que el espacio urbano y sus símbolos son motivo de controversia en Chile porque expresan una visión excluyente de la sociedad. La modificación de estatutas a los colonizadores españoles, por ejemplo, o ensalzar la de las mujeres o de pueblos originarios, es un llamado a repensar aquello que representa nuestro ideario. Si bien no avalamos el daño a los monumentos en el contexto de las movilizaciones, entedemos y suscribimos a la causa que los engendró. En este sentido, estimamos que el proceso de transformación que como país enfrentamos es una oportunidad para reunirnos a pensar en nuevos símbolos urbanos trabajando junto a quienes históricamente no han estado representados. Por ejemplo, mujeres, niñas, niños y adolescentes, pueblos originarios, personas en situación de discapacidad, LGTB+ y muchos más.

Nos encontramos en un momento histórico único para permitir revalorar nuestra estatuaria pública, nuestros monumentos y patrimonio. Esta será la garantía de su efectiva protección para su contemplación e interacción en el presente y transformación para las futuras generaciones.

Es la ciudadanía junto a las autoridades quienes deben decidir el futuro del Monumento a Manuel de Baquedano. Y así mismo, la ciudadanía debe tener espacio para participar en las definiciones y diseño de los espacios comunes.

Fundación Aldea
Fundación Proyecta Memoria
Glaciar Films
Monumentos Incómodos
Casagrande
Escuela Fidel Sepúlveda
Colectivo VAM! Vamos al Museo
Fundación Basura