Este jueves se anunciaron los títulos que integrarán la selección oficial de la 76a edición de uno de los certámenes cinematográficos más importantes del mundo, el Festival de Venecia, y el cine chileno está muy bien representado.

Además de la ya previamente anunciada El príncipe, de Sebastián Muñoz -que participará en la Semana de la Crítica-, y de Ema de Pablo Larraín, que estará en la competencia oficial, se confirmó otra producción de nuestro país: Blanco en blanco, de Theo Court.

Protagonizada por Alfredo Castro y coproducida por Quijote Films junto a productoras de España, Alemania y Francia, será parte de la competencia Horizontes (Orizzonti) y destaca por ser el único largometraje latinoamericano en esa sección.

Es la segunda película de Court y se ambienta en los albores del siglo XX en Tierra del Fuego, un territorio hostil y violento, donde llega el protagonista, Pedro (Alfredo Castro), para fotografiar el matrimonio de un poderoso latifundista.

La futura esposa, apenas una niña, se convierte en su obsesión. Tratando de capturar su belleza, la fotografía a escondidas y traiciona al poder que domina al territorio. Descubierto y castigado, Pedro es despojado de sus privilegios. No puede escapar y acaba siendo partícipe y cómplice de una sociedad que convive con el genocidio de los nativos Selknam.

Nacido en España en 1980, Theo Court es hijo de padres chilenos y se trasladó a nuestro país en 1996, formándose acá como cineasta y terminando sus estudios en la especialidad de dirección en la Escuela de San Antonio de los Baños, en Cuba.

Con su tesis, El espino, fue parte de la Cinéfondation del Festival de Cannes, y en 2007 obtuvo el fondo Hubert Bals para desarrollar el guion de su ópera prima, Ocaso, que participó en la competencia Bright Future del Festival de Rotterdam y también estuvo en certámenes locales como el Festival de Valdivia.

Court habla de la génesis para su nueva película: “Cuando observé las fotografías de una de las cacerías de Selknam perpetradas por Julius Popper en Tierra del Fuego, me invadieron preguntas. ¿Quién era ese fotógrafo? ¿Quién participaba de aquellos actos, como un voyeur ausente? Después vino el territorio, un lugar de planicies vastas e infinitas, un sitio marcado por la barbarie y la supervivencia en condiciones extremas. Terratenientes que financiaban la permanencia de los asentamientos coloniales a la fuerza, la barbarie intrínseca a la sociedad “moderna”, organizada y legitimada. El film con sus personajes son una vía más para representar esa zona gris, incómoda, contradictoria y perturbadora”.

Blanco en blanco es el nuevo largometraje de Quijote Films, productora chilena que en los últimos años ya ha tenido destacada participación en festivales internacionales con sus anteriores trabajos: en 2016 Jesús, de Fernando Guzzoni, estuvo en Toronto y en la competencia oficial de San Sebastián; el año pasado Marilyn, de Martín Rodríguez Redondo tuvo su premiere mundial en la Berlinale; posteriormente el cortometraje Rapaz, de Felipe Gálvez Haberle, debutó mundialmente en la Semana de la Crítica de Cannes, y hace pocas semanas participaron en el Festival de Karlovy Vary con el largometraje El hombre del futuro, de Felipe Ríos, primera película chilena que participaba en la competencia del reconocido certamen checo.

Aunque esta no será la primera participación de Quijote Films en la sección Horizontes de Venecia, pues en 2017 ya compitieron con Los versos del olvido, de Alireza Khatami, coproducción con Francia, Alemania y Holanda que recibió tres distinciones (incluyendo el premio al mejor guion y premio Fipresci de la prensa y crítica especializada).

El productor Giancarlo Nasi comenta: “Que la película esté en la selección oficial de Venecia es muy importante para nosotros. Horizontes es una sección que recoge lo más innovador y radical del arte cinematográfico, y eso es justo lo que Theo Court hizo en esta película”.

Nasi resalta además el rodaje en locaciones naturales. “Fue filmada en el extremo sur de nuestro país, en pleno invierno, en condiciones terriblemente difíciles pero también tremendamente hermosas. La película se llama Blanco en blanco porque transcurre en Tierra del Fuego en pleno invierno, donde efectivamente el blanco invade la desolación de este lugar”, expresa.

Por su parte, dentro de su cada vez más internacional carrera, el destacado actor chileno Alfredo Castro ya ha tenido previamente importantes participaciones en Venecia con otros títulos de su filmografía que han sido parte del certamen, incluyendo Post Mortem (2010), de Pablo Larraín; È stato il figlio (2012), de Daniele Cipri; Las niñas Quispe (2013), de Sebastián Sepúlveda; y la venezolana Desde allá, de Lorenzo Vigas, que obtuvo el León de Oro en la competencia oficial de 2015.

Blanco en blanco es el único largometraje latinoamericano de este año en la sección Horizontes, y conformará la competencia junto a otras 18 películas de distintas partes del mundo. En Chile, será estrenada y distribuida el próximo año por Storyboard Media.

FICHA TÉCNICA:

Blanco en blanco (Chile-España-Alemania-Francia, 2019)
Director: Theo Court
Actores: Alfredo Castro, Lars Rudolph, Lola Rubio, Alejandro Goic
Productores: José Alayón, Marina Alberdi, Giancarlo Nasi
Casas productoras: El Viaje Films (España), Quijote Films (Chile), Kundschafter Filmproduktion (Alemania), La Pomme Hurlante (Francia)