Tiene “Atari” y buenos relatos de la infancia ochentera Rafael Sarmiento. Como esos amigos de infancia que comparten juguetes y la imaginación. Y entonces el juego es leer la frágil construcción de la memoria sensorial. A veces vicarial y abstracciones. A veces en primera persona y contexto de “Pueblos Abandonados”, esa oportuna iniciativa de rescatar el talento, la excelencia narrativa y la provincia.

Por Marcel Socías Montofré

Rafael Sarmiento es de Villa Alemana. Pero no sólo por inscripción de nacimiento. De algo más profundo es Sarmiento. Algo tan íntimo como su libro “Atari” (Ediciones Barrancas, 2019), una construcción literaria que apunta a reflexión y paso calmo hacia el recuerdo. El de la ciudad de infancia. Ese territorio del “uno mismo” y “de los otros”.

Todos apostando a que cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia. Como si fuera posible la coincidencia para un buen escritor.

De reciente presentación en la XIII Feria del Libro de Quilpué –fértil provincia y señalada-, Sarmiento escribe como universal y como vecino. En palabras de Marcelo Mellado, lo de Sarmiento es “como sello irremediable de una escritura que toma distancia del molde o del canon invasivo de lo políticamente correcto, muy propio de la arrogancia cultural capitalina”.

“Aquí estamos ante la inauguración de otros modos de funcionamiento de la escritura”, sentencia Mellado.

Y era que no. Si el mismo Sarmiento relata en Atari que “no sé si es la interpretación moral que hago de esos recuerdos, que pasaré luego a relatar, o es la moralidad en sí de los hechos la que finalmente se impone. Es el eterno cuestionamiento axiológico: ¿las cosas tienen valor en sí mismas o yo le otorgo el valor a las cosas?”.

Así surge la emoción de recordar “La Carrera del saber”, de Guau, el computador Atari 800XL, el tacataca Vadell, el flipper funcionando y a los amigos del barrio en Villa Alemana. Al “Dumbo”, “La Mosca”, los “Hermanos Cruz” y esas infancia que aguantan como “El Catre”. Genial relato en la página 93.

Y genial también la cercanía que genera leer a Sarmiento. Esa empatía por la iniciativa del colectivo “Pueblos Abandonados”. Tal como alguna vez pronunció el mencionado Mellado, lo de Sarmiento es a pulso, escribir desde el talento y territorio propio, sin “amigotes santiaguinos, cómodos, qué están seguros que Santiago es Chile”.

Precisamente eso es lo bueno de Sarmiento. Se puede jugar con su libro Atari. Imaginar que Villa Alemana es Chile. Mejor aún… imaginar que todavía se escribe –como dice Rafael- por los goles de Iván Mayo y por la aparición maravillosa del recuerdo.

Ese recuerdo que se torna universal cuando se trata de lo propio, de singular episodio. Como el libro Atari, de Rafael Sarmiento.

Atari, Ediciones Barrancas (c)
Atari, Ediciones Barrancas (c)

Atari

Rafael Sarmiento
Ediciones Barrancas
2019