“Nunca me imaginé que se hubiera llegado a tanto”. Esa fue la reacción de muchos cuando en noviembre de 2004 se publicó el informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, más conocida como Comisión Valech (por monseñor Sergio Valech, quien la presidió).

Los brutales hechos ahí relatos, a medida que fueron siendo conocidos en forma masiva, generaron asombro, repulsión y, en muchos casos, vergüenza, por el país y por la pasividad de tantos. Incluidos defensores del régimen cívico-militar.

Sucedió que la calidad, cantidad y contundencia de la información de la Comisión Valech sobre la práctica sistemática, deliberada y masiva de las torturas no dejaba espacio para dudas.

A partir del Informe Valech se pasó de atribuir a “excesos individuales” o urgencias políticas o de seguridad nacional como explicaciones de las ya innegable práctica de tortura, a entenderla como una política del régimen, del Estado de Chile. A partir de él, se hace evidente que la sociedad debía hacerse cargo de ese pasado, incorporarlo a su memoria y trabajar por un “nunca más”.

Sin embargo, la magnitud del Informe hace que sea un material difícil de hacer masivo, que llegue a un grupo amplio de personas.

Así se torturó en Chile (1973-1990): Relatos del Informe Valech busca difundir el contenido del Informe en un formato más accesible, destacando los hechos que no se deben olvidar, aquellos que relatan cómo se torturó en Chile.

Este libro reproduce, íntegros, los pasajes del Informe que describen los métodos de tortura aplicados por el Estado chileno entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990, ejemplificados con relatos en primera persona.

Los métodos de tortura más frecuentes fueron: los golpes de todo tipo; la aplicación de electricidad en zonas sensibles del cuerpo; la asfixia, mediante el submarino húmedo (inmersión en agua fría u otros líquidos, usualmente aguas servidas) o el submarino seco (por lo general, ahogando a la víctima con una bolsa plástica amarrada a su cuello); los colgamientos prolongados en diversas posiciones, de modo que el prisionero fuera mortificado por el peso de su propio cuerpo; las quemaduras, normalmente provocadas con cigarrillos, aunque también con fierros calientes u otros objetos; el confinamiento solitario por días o semanas, casi siempre en cubículos estrechos que impidieran la movilidad; la ingesta obligada de orinas y excrementos; las vejaciones sexuales; los simulacros de fusilamiento; la privación de agua, alimento y sueño; la privación de luz o la iluminación ininterrumpida; la observación obligada de torturas infligidas a compañeros de prisión y de ejecuciones; la amenaza de dañar a los familiares del detenido; la concreción de dichas amenazas, forzando a los familiares a presenciar la tortura del detenido o bien torturándolos a ellos en su presencia.

A lo anterior se suma una muestra de recintos de detención que hubo en cada región del país, especificando bajo qué circunstancias operaron y los tipos de tortura que se aplicaron en cada caso, mostrando el despliegue territorial de esta práctica (la Comisión Valech recopiló antecedentes de 1.132 lugares que fueron utilizados como recintos de detención).

A lo anterior se suman las condiciones de detención, como dormir en pisos inundados o a la intemperie, permanecer días completos desnudos y/o con los ojos vendados, ser expuestos al frío hasta la hipotermia o al sol del desierto hasta la deshidratación, mantener posiciones forzadas durante horas e incluso días, convivir hacinados y en condiciones insalubres, soportar constantes golpes, humillaciones y amenazas. Las víctimas calificadas por la Comisión estuvieron privadas de libertad, en promedio, durante 180,1 días, sin que se les hubiera instruido ningún proceso.

El libro reproduce páginas del Informe que profundizan en las secuelas que la tortura dejó en sus víctimas, a través de relatos en primera persona, en su salud física y mental, en sus relaciones sociales, afectivas y sexuales, en sus carreras profesionales, en sus proyectos de vida, en la historia de sus familias.

En síntesis, “La convicción de haber cambiado irremediablemente, la imposibilidad de ‘volver a sentirse normal’, emergió en distintos testimonios”, como señala el Informe.

El libro presenta una introducción que pone en contexto la historia de estos métodos de tortura (una política represiva diseñada por el ejército francés en los años 50 y propagada entre los militares de América Latina por sus pares de Estados Unidos), y su aprendizaje y posterior implementación por parte de las Fuerzas Armadas chilenas.

Editorial La Copa Rota (c)
Editorial La Copa Rota (c)

Así se torturó en Chile (1973-1990). Relatos del Informe Valech
Pasajes seleccionados del Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura
Edición e introducción: Daniel Hopenhayn
Editorial La Copa Rota, 2019
N° de páginas: 189