Los 9 marinos víctimas en la querella donde hoy se está notificando y deteniendo a 16 ex miembros de la Armada y dos funcionarios en retiro de la Fuerza Aérea, por su presunta responsabilidad en los delitos de asociación ilícita, secuestro, detención ilegal y tortura, no apelarán a la decisión del juez Jaime Arancibia.

“Ahora son ellos los que tienen que pelear porque no los detengan”, señaló Ricardo Tobar, de la Agrupación Marinos Antigolpistas, quien agregó que apelar sólo alarga la causa para la resolución final.

Además, indicó que con la decisión del juez existe una sensación de victoria y justicia a 42 años de ocurridos los hechos.

Cuando ocurrieron los hechos, Ricardo Tobar era cabo segundo en la Escuela de Armamentos de Las Salinas y fue parte de quienes advirtieron al Gobierno sobre la preparación del Golpe Militar.

Desde ese momento, junto a otros 8 marinos fue procesado por el Juzgado Naval de Valparaíso por el incumplimiento de deberes militares, causa que tras el 11 de septiembre de 1973 pasó a ser investigada como sedición o motín.

Actualmente, las detenciones dictadas por el juez Jaime Arancibia, apuntan a quienes con el tiempo alcanzaron altos rangos al interior de la institución.

La información surge precisamente cuando el mismo juez Arancibia dictó el procesamiento de 9 miembros en retiro de la Armada, por su responsabilidad en los delitos de detención ilegal, secuestro y tortura en contra de los hermanos José Miguel e Isabel Verónica Sánchez Larraín.

Ambos eran menores de edad y hermanos de una joven perseguida en la época, tal como lo relata Viviana Fernández, de la Agrupación Ex Menores Víctimas de Prisión Política y Tortura.

Según indica la causa, cuando la patrulla de la Armada ingresó al domicilio se produjeron diversos destrozos y sustracción de especies de valor, en medio de esto los menores fueron golpeados con armas en diversas ocasiones.

De acuerdo a la misma investigación, la misma patrulla estuvo al interior del domicilio hasta el día siguiente “después de haber dormido y consumido todo el alimento que había en la casa, manteniendo con ellos secuestradas a las víctimas al interior de su propio hogar”.