El ex juez Alejandro Solís desestimó que familiares del candidato a fiscal nacional, Raúl Guzmán Uribe, estén vinculados a la desaparición y muerte de los hermanos Barría Basay, luego que agrupaciones de derechos humanos de Osorno los relacionaran al caso.

Las organizaciones reclaman que hay un pacto de silencio del padre y tío de Guzmán, a quienes el persecutor defendió ante los tribunales cuando el caso fue reabierto.

Solís fue uno de los magistrados que dirigió la causa, logrando en 2004 condenas entre los 3 y 10 años para seis ex funcionarios de Carabineros que participaron en el crimen.

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Mientras que no se logró determinar la responsabilidad de los familiares del fiscal como testigos pasivos, luego que se explicara que los antecedentes no fueron suficientes para acreditar las acusaciones que los sindicaban como los propietarios de los vehículos que se utilizaron para la ejecución de la desaparición forzada.

De acuerdo a Solís, los relatos de los implicados señalaban que los automóviles fueron incautados por Carabineros, no siendo conocidos los objetivos finales.

La desaparición y muerte de los hermanos Guido y Héctor Barría Bassay ocurrió el 16 de octubre del año 1973, en la localidad de Riachuelo, en la zona rural de Río Negro. Varios testigos han sindicado a los responsables y las demás personas vinculadas, además de versiones contrapuestas de los propios implicados.