Victoria Marsh nació síndrome de Down y tuvo una infancia normal hasta que a finales del año pasado comenzó a quejarse de un dolor de tobillo. Sus padres, oriundos de Delaware (EE.UU.), la llevaron al médico quien descubrió que la niña de 12 años padecía de un raro tipo de cáncer a los hueso.
Osteosarcoma fue el diagnostico que cambió la vida de esta pequeña amante de la música y el baile, para siempre. Rápidamente, Victoria tuvo que ser sometida a quimioterapia y en febrero de este año los doctores tuvieron que amputar una de sus piernas, según informa el portal de la revista TIME.
A pesar de todo, la pequeña sigue luchando día a día para poder salir adelante y retomar la vida que conocía, donde Taylor Swift tenía un rol importante. Victoria es una fiel seguidora de la cantante y durante los últimos meses, su música se ha convertido en una vía de escape de ella.
Cuando se enteró que la intérprete de Bad Blood visitaría su ciudad, sus padres le regalaron tickets para que pudiese asistir al concierto, sin embargo, los médicos no dieron su autorización para que dejara el hospital, por lo que tuvo que regalarle las entradas a sus hermanas.
Fue entonces, cuando el departamento de Policía de Delaware se enteró de su historia y quisieron ayudarla a cumplir su sueño y conocer a la artista. Los uniformados consiguieron fotos de la niña y crearon un video contando su historia con el fin que éste viralizara y convenciera a Swift de acceder a visitar a Victoria.
La campaña tuvo una gran aceptación y el video fue compartido en Facebook más de 56 mil veces, hasta que llegó a Taylor.
La noche del concierto, los médicos la dieron de alta por 8 horas para que pudiera asistir al concierto. Gracias al clip, la cantante conoció la historia y la invitó al backstage donde compartieron por algunos minutos, haciendo realidad el sueño de Victoria.