El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, que investiga la participación de políticos con fueros en la trama de corrupción de Petrobras, dijo el viernes que reforzaron su custodia luego de que informes de inteligencia alertaran sobre un aumento del riesgo para su seguridad personal.

Janot está en la antesala de solicitar a la corte suprema la apertura de causas, y eventualmente de presentar denuncias directas, sobre la eventual participación de legisladores y funcionarios federales y estaduales en el submundo de fraudes que corrompió a Petrobras y movió unos 4.000 millones de dólares durante la última década.

“He recibido informes de inteligencia. En los últimos informes, parece que aumentó un poco el nivel de riesgo. Por eso las precauciones”, señaló el fiscal en Uberlandia, Minas Gerais (sureste).

Janot detalló en su relato que a fines de enero un grupo de desconocidos forzó la entrada a su casa, que en ese momento estaba vacía. Se quedaron ocho minutos y se llevaron sólo el control remoto del portón del estacionamiento, pese a que había artículos de valor en la residencia.

Los pedidos de investigación del escándalo de Petrobras que el procurador general solicitará a la corte suprema son una fuente febril de especulaciones en Brasil acerca de los nombres, los cargos, los partidos y la cantidad de personas que involucrará. 

Fuentes de organismos de justicia anticiparon que la caja de Pandora de la petrolera será abierta la semana que viene, inaugurando un período de fuerte tensión institucional en la primera potencia económica de Sudamérica.

Petrobras se encuentra ahogada en un escándalo que mezcla sobornos, manipulación de licitaciones públicas, financiación de partidos políticos y desvío de fondos, que ya es considerado el mayor escándalo de la historia del país.

La organización criminal involucraba a empresas que sobornaban directivos de la estatal a cambio de contratos y a operadores financieros que blanqueaban el dinero robado. 

Las especulaciones sobre las ramificaciones políticas apuntan a figuras afines al gobernante Partido de los Trabajadores y a sus aliados, y se extienden a grupos opositores llegando hasta la década de 1990.

Janot pasó por Minas Gerais para participar de un acto en repudio contra un atentado con armas de fuego contra un funcionario de la procuraduría en esa región. Durante el ataque, al fiscal actuante le dispararon 12 veces, supuestamente en represalia por investigar actos de corrupción en la administración local.