Tras evaluar la situación del Bío Bío ante la notoria disminución de incendios forestales, la Intendencia levantó la alerta roja para la región que se encontraba vigente desde el 11 de febrero y resolvió decretar alerta amarilla.
En las últimas dos semanas los siniestros consumieron 11.000 hectáreas de terreno en la región. Los más complejos son los que se registran en Alto Bío Bío, por la posible afectación de la Reserva Ralco, y el de Choque, en Tirúa, por la extensión de terreno, en que trabaja la empresa forestal Mininco.
Solo la provincia de Bío Bío se encuentra bajo alerta roja y la decisión fue adoptada en base a la información técnica proporcionada por Conaf y en coordinación con la Dirección Regional de Onemi.
La información fue confirmada por el intendente subrogante Enrique Inostroza, quien detalló que los recursos adicionales que arribaron a la región se mantendrán, como las seis brigadas forestales que arribaron desde otras zonas del país.
Precisamente Conaf adelantó durante la tarde de este domingo que se encontraba evaluando la modificación de la alerta. Así lo explicó Héctor Soto, jefe del departamento de protección contra incendios de la Conaf, quien ratificó que aún cuentan con todos los recursos destinados a combatir las llamas, con aviones y brigadistas argentinos.
El incendio de Larki, en Chillán Viejo, finalmente fue extinguido. Recordemos que ahí resultó destruido un galpón con cerca de 4.000 porcinos.
Los otros siniestros grandes, en San José de Colico y Laraquete, provincia de Arauco, se encuentran contenidos, al igual que el de Florida, los cuales permanentemente significaron amenaza a casas.
En tanto, se concretó la presentación de 21 querellas en la región para buscar a los responsables de iniciar los incendios forestales, que por semanas mantuvieron en vilo al Bío Bío.