Israel, Jordania y Líbano amanecieron este viernes con varios centímetros de nieve y temperaturas glaciales, unas condiciones meteorológicas poco habituales que obligaron a las autoridades a cerrar carreteras y escuelas.
Las “fuertes nevadas” en Jerusalén dejaron hasta el momento “25 centímetros de nieve” y “continuará nevando durante toda la jornada”, anunció el servicio meteorológico israelí. En enero, las nevadas dejaron entre 10 y 15 centímetros de nieve.
Las escuelas se mantendrán cerradas toda el día y las dos principales autopistas que conducen a Jerusalén se cortaron durante varias horas en los dos sentidos, según la policía.
Antes de su reapertura hacia mediodía, únicamente algunos vehículos se aventuraron a circular por unas carreteras deslizantes, como los transportes de emergencia o los coches todoterreno.
La nieve cayó incluso en el desierto de Néguev, en el sur de Israel, según los servicios meteorológicos.
Una gran parte de la Cisjordania ocupada también se recubrió de un manto blanco, lo que obligó a las autoridades palestinas a aconsejar a la población a no salir de sus casas.
En diciembre de 2013, la región registró las nevadas más importantes en varias décadas. En 1920, un metro de nieve cayó en Jerusalén.
En la vecina Jordania, la mayoría de carreteras se encuentran paralizadas, incluso en la capital, Ammán. Las autoridades instaron también a la población a quedarse en sus hogares.
Los servicios meteorológicos esperan que el temporal de nieve dure hasta el sábado por la noche con temperaturas de hasta cero grados.
En Líbano, decenas de escuelas en todo el país cerraron sus puertas y las autoridades bloquearon varios puertos de montaña.
“Se han registrado fuertes granizadas en Beirut y la nieve cayó a 200 metros de altitud”, declaró Wisam Abu Hashfeh, del servicio meteorológico de Líbano.