La amenaza que plantea el grupo llamado Estado Islámico, que comete atrocidades “muy similares a las de un genocidio”, “necesita una respuesta militar”, dijo este lunes el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.
Ese “grupo de terroristas” está “cometiendo horrorosas atrocidades contra miles de personas en Irak y en Siria. (…) La amenaza que plantea (…) necesita una respuesta militar” para “derrotar a esa organización terrorista”, indicó en una intervención en el instituto Canergie Europeo en Bruselas.
Estas “atrocidades” son “muy similares de las de un genocidio lo que legitima una operación militar bajo mandato de la ONU”, estimó.
“Nos enfrentamos a fuerzas que rechazan nuestras democracias liberales y nuestro Estado de derecho. Su agenda e ideología es diferente”, añadió.
Rasmussen condenó el “intolerable asesinato” de los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff así como del cooperante británico David Haines, reivindicado por militantes de este grupo.
“Estamos en la primera línea de una nueva batalla, una nueva batalla entre la tolerancia y el fanatismo, entre la democracia y el totalitarismo”, sostuvo Rasmussen calificando al grupo EI como “virulento, violento y viciosamente anti Occidental”.
Respondiendo una pregunta sobre la eventual participación de la OTAN en una operación militar contra EI, Rasmussen indicó que la Alianza podría “coordinar iniciativas individuales de los Estados miembros”, pero señaló que se debe “tomar nota de las lecciones de las operaciones militares anteriores”.
“Creo que la comunidad internacional debería aprender de estas operaciones, (…) es de suma importancia reforzar los esfuerzos luego de una operación militar para ayudar a estas sociedades”, dijo.
Rasmussen citó el ejemplo de Libia, país sumido en un caos y en donde las milicias que combatieron al régimen de Muamar Gadafi en 2011 imponen su ley.
“Luego de 40 años de dictadura las nuevas autoridades tuvieron que empezar todo de cero. Visto retrospectivamente creo que la comunidad internacional hizo muy poco y muy tarde para ayudar a las nuevas autoridades de Libia a construir una nación”, aseguró.
La OTAN coordinó las operaciones militares en Libia poco después de que Estados Unidos, Reino Unido y Francia lanzaran la intervención armada contra las tropas de Gadafi.
“La operación de la OTAN fue un gran éxito. Implementamos el mandato de la ONU en un 100%”, sostuvo, algo con lo que discrepó Rusia que consideró que la Alianza fue más allá de su mandato y por lo que Moscú vetó toda resolución impulsada por las potencias Occidentales contra Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Rasmussen pronunciaba su último discurso público antes de dejar el cargo a fines de mes. Al frente de la OTAN desde 2009, será reemplazado en octubre por el ex primer ministro noruego Jens Stoltenberg.