Rusia acusó este martes a los países occidentales que le impusieron nuevas sanciones de resucitar la política de la “Cortina de Hierro” y de llevar a Ucrania, en el centro de la disputa, a “un callejón sin salida”.
Las sanciones afectan “a nuestras empresas y a nuestros sectores de alta tecnología”, declaró Serguei Riabkov, viceministro ruso de Relaciones Exteriores.
“Es la vuelta del sistema creado en 1949, cuando los países occidentales habían bajado el Telón de Acero [también llamado Cortina de Hierro], cortando el suministro de alta tecnología a la URSS y a otros países”, añadió.
“Es una política absolutamente contraproducente” que “lleva a un callejón sin salida la situación en Ucrania”, dijo por su lado otro viceministro ruso de Exteriores, Grigori Karasin.
La expresión Cortina de Hierro fue utilizada por los occidentales durante la Guerra Fría para denunciar la separación entre el este y el oeste de Europa instaurada por la Unión Soviética después del fin de la Segunda Guerra Mundial.
La Unión Europea (UE) publicó el martes una nueva lista de personalidades sancionadas, que incluye nueve dirigentes políticos y militares rusos y seis jefes separatistas de Ucrania.
Las sanciones europeas son consecutivas a las que adoptó el lunes Estados Unidos contra siete dirigentes rusos y 17 empresas, todos ellos considerados cercanos al presidente ruso Vladimir Putin. Canadá también adoptó sanciones contra dos bancos y nueve dirigentes rusos involucrados en la crisis de Ucrania.
Por su parte Japón negó visados a 23 ciudadanos rusos, lo que provocó una enérgica reacción de Moscú.
Los occidentales acusan a Rusia de “echar leña al fuego” en la crisis de Ucrania y realizar maniobras militares sospechosas en la frontera con ese país. Según la OTAN, Rusia concentró 40.000 militares en la frontera con Ucrania.
Sin embargo, el ministro ruso de Defensa, Serguei Choigu, volvió a asegurar que las fuerzas rusas no invadirán Ucrania, en una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Chuck Hagel.
“Rusia se vio obligada a lanzar maniobras de envergadura cerca de la frontera con Ucrania frente a la perspectiva de una acción militar contra los civiles”, dijo Choigu, según un comunicado del ministerio ruso.
“Desde que las autoridades ucranianas declararon que no iban a utilizar las unidades militares regulares contra la población no armada, las tropas rusas regresaron a sus cuarteles”, agregó.
Además, Choigou “desmintió categóricamente las afirmaciones sobre la presencia de grupos de sabotaje rusos en el sureste de Ucrania”.
En el este de Ucrania la situación seguía siendo muy tensa este martes, al día siguiente de una jornada de violencia en varios lugares.
Militantes favorables a Rusia se apoderaron el lunes del ayuntamiento de Kostiantinivka, una ciudad de 80.000 habitantes, y en Donetsk atacaron una manifestación de apoyo al gobierno prooccidental de Kiev, con saldo de 15 heridos.
Mientras que el alcalde de Jarkov, Guenadi Kernes, gravemente herido de bala, fue evacuado a Israel para seguir un tratamiento.
En total, las fuerzas favorables a Rusia ocupan edificios públicos, entre ellos ayuntamientos, comisarías y servicios de seguridad, en una docena de ciudades.