El presidente Barack Obama advirtió este lunes que en la sociedad estadounidense no hay lugar para violencia religiosa, un día después de que un hombre armado y con supuestos antecedentes antisemitas matara a tres personas en un centro judío en Kansas, EEUU.
“Nadie debería preocuparse por su seguridad cuando está reunido con sus compañeros de credo. Nadie debería temer por su seguridad cuando va a orar”, dijo Obama desde la Casa Blanca.
El presidente dijo que el ataque fue particularmente trágico porque ocurre en momentos en que los judíos se preparan para celebrar el Pésaj y los cristianos celebraban el Domingo de Ramos.
Obama añadió que el gobierno estadounidense proporcionará cualquier ayuda que se torne necesaria a comunidades afectadas, al tiempo que sinagogas y otros sitios religiosos aumentaban sus medidas de seguridad.
“Como estadounidense (…) tenemos que permanecer unidos contra este tipo terrible de violencia, que no tiene lugar en nuestra sociedad”, agregó el mandatario, quien participó en el desayuno de una oración por la Pascua.
“Debemos continuar unidos más allá de la fe para combatir la ignorancia y la intolerancia, incluyendo el antisemitismo, porque conducen a odio y la violencia”, apuntó.
Frazier Glenn Cross, quien fue detenido como acusado de realizar los disparos en Kansas, fue líder de la organización racista Ku Klux Klan y es conocido por su abierto antisemitismo, informó el grupo Southern Poverty Law Center (SPLC), que rastrea grupos que predican el odio.
Algunos reportes indican que gritó “Heil Hitler” cuando era conducido por policías el domingo en Kansas City.