Lo que antes se creía posible sólo en películas de ciencia ficción, hoy está cada vez más cerca de convertirse en una realidad. La idea de un identificar un rostro mediante el análisis de la información genética de un cabello o cualquier resto orgánico humano, ya no es algo utópico.
La revista española Muy Interesante, señaló que un grupo de científicos de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, ha logrado establecer cierta relación entre nuestros rasgos faciales y la genética, además de la feminidad con el uso de un modelo en 3D.
El reciente estudio fue publicado en la revista científica Plos Genetics, donde aseguran que mediante el modelado del género sexual, la ascendencia del genoma o conjunto de genes del cuerpo humano y el genotipo, se pueden definir algunas de nuestras características.
Los expertos analizaron la forma y marcadores del rostro de los individuos de prueba. Para ello, le pidieron a un grupo de voluntarios que lograran identificar si se trataba de un hombre o una mujer, si era más bien de facciones femeninas, si era de tez blanca o de color, de origen europeo, americano o afroamericano, entre otros.
Posteriormente, “colocaron una cuadrícula en las imágenes en 3D de los rostros de los sujetos y midieron las coordenadas espaciales de los puntos de la rejilla”, consignan en el sitio web.
Luego y para concluir con el estudio, analizaron estadísticamente los resultados respecto a los rostros y su relación con toda la información genética descrita anteriormente que pudiera afectar la forma de la cabeza y el rostro.
Los científicos aseguran que, si bien “es probable que sólo el 5% de los genes marque la diferencia entre las poblaciones del mundo, el rostro es quizás la parte más visible y más propensa a verse influida por la selección genética, de ahí que decidiesen centrarse en esta parte del cuerpo en particular”.
Mientras tanto, los investigadores aseguran que ahora mismo reconocer el rostro a través del ADN no es posible, si lo será en el futuro a mediano plazo. Esto sería vital para constituir fichas policiales mucho más vanguardistas y que entreguen datos confiables respecto a la identificación de criminales, sólo analizando la información contenida en las células del cuerpo.