Destrozos, sustracción de mobiliario, daños millonarios y el ingreso de personas extrañas es lo que se constató este jueves en la sede en Reñaca de la Universidad del Mar, hasta donde llegó un funcionario de la casa de estudios para catastrar el edificio tras la toma de los estudiantes, en compañía de un notario.
Luego de un año y cuatro meses en toma, los alumnos de la Universidad del Mar depusieron la ocupación que protagonizaron para exigir ser reconocidos por el Estado, como víctimas del sistema educacional.
La información fue conocida durante este miércoles, tras el aviso de vecinos que vieron el abandono del edificio.
Ante tal situación, fue su rector quien dispuso la tramitación de un catastro de todo el espacio del inmueble, sus dependencias y mobiliario.
Según Mario Ahumada, funcionario a cargo de acompañar al notario que realizó la visita, las instalaciones presentan millonarios daños, po lo que están avaluando las pérdidas.
En el último tiempo se indicó que desconocidos circularon por las instalaciones, ingresando a distintas horas. La presencia de los cerca de 150 alumnos que el 28 de diciembre de 2012 iniciaron la toma, ya habría sido parte del pasado.
No más de siete era los estudiantes que, en el último tiempo, permanecían en el lugar. Ángela Cáceres, una de las vecina, describió lo que fue este último período de la toma.
Para los cerca de tres mil funcionarios, éste es el final de un proceso de frustración y desamparo.
Roberto Tobar, presidente del sindicato que agrupa a los trabajadores, dijo que hay disconformidad por el trato del que fueron objeto. La presidenta de la Comisión de Educación los citó a exponer su caso.
Tobar aseguró que el Estado puede intervenir en un conflicto de trabajadores de empresas privadas, tal como lo fue en el paro de los portuarios de San Antonio.
Asimismo, considera que la decisión de cerrar la universidad debe ir a la par de la protección de sus derechos, y de la urgente atención a las deudas con isapres y sistema previsional.
Víctor Lillo (RBB)
