En una azotea en el Bronx, con los rascacielos de Manhattan a la distancia, 4.760 paneles solares captan los escasos rayos de sol invernal. “Esta es la instalación más grande de la historia de Nueva York”, se enorgullece su responsable Bob Kline.
También es un símbolo del boom de la energía solar en Nueva York.
La instalación de 1,6 megavatios, ubicada en la azotea del mayorista de alimentos Jetro Cash and Carry, finalizada en diciembre, fue puesta como ejemplo por el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien impulsa a fuerza de subsidios el desarrollo de la energía solar en su estado.
En 2012 lanzó el programa NY-Sun Initiative, con 800 millones de dólares de inversión hasta 2015. Cerca de 300 megavatios de capacidad solar ya fueron instalados en el estado, más que en los diez años anteriores.
Como busca ahora extender el programa hasta 2023, con una financiación adicional de casi 1.000 millones de dólares y la meta de 3.000 megavatios. Esto crearía 13.000 puestos de trabajo y reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero en 2,3 millones de toneladas por año, según algunos analistas.
Nueva York está aún muy lejos de California o incluso de los vecinos Nueva Jersey y Massachusetts, que con Arizona concentran más del 80% de todas las instalaciones de energía solar en Estados Unidos, según Cory Honeyman, un especialista en energía solar en GTM research.
Pero es “uno de los mercados más prometedores en la actualidad”, subrayó. “Esperamos una aceleración de los proyectos, tanto en el sector residencial como comercial”.
Una bendición para las 411 empresas especializadas que comparten este mercado en expansión.
En el Bronx, una de estas firmas, OnForce Solar, triplicó sus ingresos en 2013 y espera duplicarlos este año, con efectivos que siguen el mismo ritmo, dijo su director ejecutivo, Charles Feit. OnForce Solar ha recibido varios millones de dólares en subvenciones.
“Políticamente, tenemos el viento a favor”, dijo Feit entusiasmado, desde su amplio local donde se están armando varias oficinas nuevas.
Punto de inflexión:
David Sandbank, presidente de OnForce Solar y también vicepresidente de la Asociación de empresas de energía solar en Nueva York (Nyseia) es igualmente optimista al detallar los créditos fiscales para la energía solar.
“Hay muchas oportunidades en Nueva York”, dijo. En Manhattan, estas instalaciones se pueden complicar por regulaciones estrictas”, pero en otros distritos hay muchas grandes azoteas propicias a la energía solar”.
“La NY-Sun Initiative ha creado estabilidad y longevidad para la energía solar”, señaló, y dijo que algunas empresas especializadas se mudan incluso de California a Nueva York. “Ha cambiado completamente la estructura de nuestro negocio”, añadió, mencionando 3.300 puestos de trabajo.
Según él, con la baja de precios de los paneles fotovoltaicos, la energía solar es aún más prometedora ya que la electricidad es más cara en Nueva York que en la mayoría de los otros estados.
Jetro Cash and Carry espera ahorrar cada año un 40% de su factura de electricidad, o sea unos 250.000 dólares, dijo Kline, director de ventas de Ross Solar Group, a cargo de la instalación.
Y los proyectos abundan. Cuomo prometió recientemente una ayuda financiera a las escuelas que quieran instalar paneles solares.
El exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, anunció poco antes de su partida que unos 35.000 paneles solares serán instalados en 2015 en nueve hectáreas en Fresh Kills, un antiguo vertedero de Staten Island en vías de recuperación. Esta usina solar será la más grande de Nueva York, capaz de producir 10 megavatios de electricidad.
Estos proyectos neoyorquinos tienen lugar en momentos en que Estados Unidos promueve la energía solar, un mercado que creció casi un 30% entre 2012 y 2013.
Este año, por primera vez en 15 años, Estados Unidos podría superar a Alemania, líder mundial en términos de nuevas instalaciones, afirmó Honeyman. “Estamos en un punto de inflexión”, dijo.
Pero el camino aún es largo.
El sol apenas representa en Estados Unidos el 1% de la generación de energía renovable, lo que equivale a sólo el 12% de la producción total de electricidad, según la agencia de información de energía de Estados Unidos (EIA).