China exhortó el viernes al presidente norteamericano Barack Obama a anular su reunión prevista con el Dalai Lama, jefe espiritual de los tibetanos y considerado como un enemigo por el régimen comunista, amenazando con “consecuencias negativas graves”.

“China se opone enérgicamente” a que el Dalai Lama sea recibido en la Casa Blanca, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores. “Nosotros exhortamos a Estados Unidos a tomar en cuenta seriamente la preocupación de China y a anular inmediatamente el encuentro previsto”, agregó.

La reunión prevista el viernes entre Obama y el Dalai Lama sería “una grosera injerencia en los asuntos internos de China”, agregó la cancillería en un comunicado, precisando que había transmitido a las autoridades estadounidenses “las solemnes protestas” de China.

Durante una rueda de prensa regular, Hua Chunying, la portavoz de la cancillería china, calificó el viernes al Dalai Lama de “exiliado político comprometido desde hace largo tiempo con las actividades separatistas antichinas bajo la cobertura de la religión”.

“Nosotros instamos a Estados Unidos a no ofrecer una plataforma a sus actividades separatistas”, insistió, estimando que esta entrevista “es una grave violación de las reglas que rigen las relaciones internacionales”.

Esta irritación china -expresada sistemáticamente cada vez que un dirigente extranjero recibe al líder espiritual tibetano- tiene lugar en un contexto de recientes contenciosos entre las dos primeras potencias mundiales.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, pidió la semana pasada a China más “transparencia” después de las tensiones ocasionadas por la instauración unilateral por parte de Pekín de una “zona de identificación de defensa aérea” en el Mar de China Oriental.

Kerry también encolerizó a China reiterando que Estados Unidos está dispuesto a defender a su aliado japonés en caso de conflicto, cuando Pekín y Tokio tienen un diferendo territorial en el Mar de China Oriental.

Finalmente, Estados Unidos y China tuvieron una controversia respecto a la libertad de la prensa. El régimen comunista fue acusado de represalias contra los medios occidentales que publicaron investigaciones sobre las inmensas fortunas de allegados de los dirigentes chinos.

El encuentro entre Obama y el Dalai Lama “tendrá consecuencias negativas graves sobre las relaciones sino-estadounidenses”, advirtió el ministerio chino de Relaciones Exteriores.

El encuentro previsto este viernes fue anunciado como cerrado a la prensa, poniendo en evidencia que se trata de un tema delicado.

Poco antes, ya comenzada la visita del Dalai Lama a Estados Unidos, la portavoz del Consejo Nacional de Seguridad, Caitlin Hayden, anunció que Obama se entrevistaría con éste “en su calidad de líder religioso y cultural respetado internacionalmente”.

Hayden también subrayó que Estados Unidos apoya el enfoque del Dalai Lama, pero reconoce que Tíbet es “una parte de la República Popular de China”.

“Nosotros no apoyamos la independencia tibetana”, subrayó Hayden.

Obama recibió al líder espiritual tibetano en el exilio por última vez en la Casa Blanca en 2011. Ese encuentro que provocó la cólera de las autoridades chinas.