El deportista noruego, Ole Einar Bjoerndalen, se convirtió este miércoles en el atleta con más medallas en la historia de los Juegos Olímpicos de Invierno, con 13 metales, después de ganar el oro con su país en el relevo mixto del biatlón.
Bjoerndalen desempata así con su compatriota Bjoern Daehlie, considerado el mejor fondista de la historia. Ambos llevaban 12 medallas, desde que el propio Bjoerndalen ganase la prueba del esprín el pasado 8 de febrero también en Rusia.
“Está bien, esto representa mucho para mí. Lo valoro mucho y voy a disfrutarlo. Antes que nada estoy contento por mi equipo. Esta noche todos han dado el máximo. Respecto a mí, poder volver tras años de malos resultados y estar en forma, está realmente bien”, afirmó el plusmarquista, que dijo no saber si los de Sochi son los Juegos “más memorables” de su carrera.
El veterano biatleta, que está viviendo en principio sus últimos momentos en la alta competición, inscribe así su nombre con letras doradas entre los más grandes del deporte olímpico.
Sólo nombres míticos como el nadador estadounidense Michael Phelps (22) o los gimnastas soviéticos Larisa Latynina (18) y Nikolai Andrianov (15) tienen más medallas olímpicas que él, pero todos ellos en Juegos de verano.
El relevo mixto noruega dominó la carrera, aventajando a la República Checa en 32 segundos y a Italia en 58.
A sus 40 años, Bjoerndalen sigue agrandando su leyenda y aún podría sumar una nueva medalla como parte del relevo masculino que participará en la carrera del próximo fin de semana.
“Estoy viviendo grandes cosas y los Juegos no están todavía terminados. Es difícil digerir lo que uno vive aquí, seguramente lo haga más tarde”, indicó.
Tercer relevista de un equipo formado, por este orden, por Tora Berger, Tiril Eckhoff, del propio Bjoerndalen y de Emil Svendsen, el noruego volvió a dar una lección, recuperando el liderazgo de la cabeza que su equipo había perdido en el relevo anterior y abriendo hueco sobre sus perseguidores para dejar la carrera casi sentenciada.
Había intentado el récord en la salida masiva de biatlón, el martes, pero sólo pudo ser 22º en una prueba donde se impuso su compatriota Emil Hegle Svendsen y donde el francés Martin Fourcade fue plata y el checo Ondrej Moravec bronce.
Apenas veinticuatro horas después, su decepción se convirtió en euforia con un nuevo oro olímpico y el ansiado récord, uno de los grandes interrogantes de estos Juegos de Sochi.
Su historial olímpico se estrenó en Nagano-1998, donde consiguió sus primeras medallas (oro en esprín y plata en salida masiva). Desde entonces ha sido el gran nombre del biatlón en los últimos quince años y su cosecha de medallas es ahora de ocho oros, cuatro platas y un bronce.
Además de ello ha conseguido 19 títulos mundiales y 39 podios, así como seis victorias en la Copa del Mundo de biatlón.
La alegría de Bjoerndalen en este miércoles contrastó con la gran decepción de los locales, los rusos, que sólo pudieron terminar en quinto lugar, justo detrás de Alemania (4º), y no consiguieron medalla.