“Omar”, un ‘thriller’ político de Hany Abu Asad, cuenta el drama desgarrador de un palestino manipulado por los servicios de seguridad israelíes, algo que es un tema tabú pero que, sin embargo, convive en el mismo corazón del conflicto.

Por segunda vez el director de cine neerlando-palestino compite por un Óscar en la categoría de mejor película extranjera, tras haber estado nominado en 2006 por “Paradise Now” (Globo de Oro al mejor filme extranjero en aquel mismo año).

“Omar” fue premiada por el jurado de la sección “Un certain regard” en el Festival de Cannes (Francia) en 2013.

Doble traición (política y amorosa), paranoia y venganza integran la trama o ‘plot’ principal de esta tragedia ‘sheakesperiana’ en la que se ve enrollado Omar, interpretado por el actor Adam Bakri.

Torturado, presionado para convertirse en informante por amor a Nadia (Leem Lubany), el joven activista palestino erra en una carrera-persecución sin salida, convertido en anti-héroe por su vínculo con su contacto, el agente israelí (Waleed Zuaiter), por lo que, aún siendo inocente es rechazado por los suyos. Esto hasta su gesto de liberación final.

La colaboración con Israel es penalizada con la muerte ignominiosa en los Territorios palestinos, y es sinónimo de exclusión social para la familia del traidor.

Hany Abu Asad, quien se compara con una especie de Don Quijote, quiso en un comienzo rodar “una bella historia de amor, muy universal”. No obstante, esta película pudo ser realizada gracias a capitales palestinos y rodada con un equipo casi por completo local en Naplusa, en la Cisjordania ocupada, y en Nazaret, al norte de Israel.

“El conflicto interno de Omar es querer vivir normalmente. Vivir como muestra la publicidad. Pero, la realidad es muy diferentes”, confió recientemente el director al Jerusalen Post.

¿Coincidencias? El año pasado el israelí Yuval Adler dirigió una película sobre el mismo tema visto desde el lado hebreo. “Belén”, un relato tan cruel como el de su colega palestino, muy bien recibido en Israel, pero que fracasó en tanto candidato al Óscar.

Un cineasta comprometido sin ser maniqueo, Hany Abu Asad, ingeniero informático retirado, nació en Nazaret en 1961 pero emigró a Holanda a comienzos de los años ochenta del siglo XX, para después regresar a sus orígenes.

Se hizo conocer con “La boda de Rana” (2002), bien recibida en Cannes y, sobre todo, por “Paradise Now”, una obra crepitante sobre dos ‘kamikazes’ palestinos atrapados por su propia decisión suicida.

Cambiando de horizontes, pero no así de temática, Hany Abu Asad fue elegido para adaptar en Estados Unidos la ‘remake’ del ‘thriller’ del surcoreano Park Chan-wook, “Sympathy for Mister Vengeance”.