Cerca de dos millones de fieles comenzaron el martes el ritual de lapidación de Satán, en Mina, cerca de la ciudad santa de La Meca, en el primer día de la Fiesta musulmana del Sacrificio.

Este ritual marca el final del Haj, la peregrinación a La Meca, donde este año han confluido casi dos millones de fieles, contra 3,2 millones en 2012.

Hombres vestidos de blanco y mujeres con una larga túnica y pañuelo en la cabeza ocuparon desde primeras horas de la mañana el valle de Mina.

Las autoridades han desplegado a soldados y policías para controlar a la multitud, a medida que se acerca al lugar santo.

Los fieles realizaron el rito de lapidación lanzando piedras contra estelas que representan a Satán, una ceremonia que puede durar hasta tres días.

Según datos oficiales publicados el martes, un total de 1.980.249 peregrinos -1.379.531 provenientes del extranjero y 600.718 de Arabia Saudita- emprendieron este año el peregrinaje.

Arabia Saudita decidió reducir en 20% el número de peregrinos extranjeros y en un 50% el de los que provienen del interior del país debido a los temores generados por la enfermedad del coronavirus MERS y por las obras de ampliación de los lugares santos.

Las autoridades sauditas aseguraron que no se ha registrado ningún caso de contaminación por este virus entre los peregrinos.

La celebración del ritual fue más fluida por el menor número de peregrinos, estimaron varios de los fieles.

“La multitud este año es menos compacta y sus movimientos son más fluidos”, estimó un peregrino paquistaní, Shiraz Khorshid.

“Mi peregrinación se desarrolla bien y la organización ha sido buena en todos los lugares del Haj”, añadió Khorshid, empleado de un centro de formación profesional del este de Arabia Saudita.