El director francés Patrice Chéreauu, uno de los maestros de la escena europea por más de cuarenta años, murió el lunes en París a la edad de 68 años. El artista es aclamado como “un gran director de cine, un gran director de teatro y ópera” y también como “un hombre magnífico”.

“Fue de una extraordinaria vitalidad hasta el final”, declaró a la AFP Elizabeth Tanner, responsable en Artmedia -la agencia artística que lo representaba-, al confirmar su muerte.

Su última puesta en escena, “Elektra”, de Richard Strauss, fue ovacionada en julio en el marco del festival de ópera en Aix-en-Provence.

Chéreau, con su mirada que interrogaba, era conocido por ser exigente con los demás pero también por su enorme capacidad de trabajo. En su particular manera de dirigir a sus actores se mezclaba una intuición animal y un profundo conocimiento de las obras.

Era un hombre reservado -”soy un solitario , no me gusta desbordar”-, pero le gustaba la gente. “Creo que soy, felizmente, la suma de todas las personas que he conocido”, declaró alguna vez.

El anuncio de su muerte provocó en Francia una ola de emoción y homenajes.

El presidente Francois Hollande saludó en Patrice Chéreau “a uno de los más grandes artistas franceses”, que en “todo el mundo” fue el “orgullo” de su país.

El director de la Ópera de París, Nicolas Joel, quien fue su asistente en el famoso “Ring” de Wagner en Bayreuth (1976), dijo que estaba “conmocionado”.

El director Olivier Py, que recibió un “fuerte apoyo” de Chéreau” cuando fue destituido del Teatro Odeon de París en 2011, expresó su “profunda tristeza”.

“Fue un director de una gran cultura y gran delicadeza, atravesado por la inquietud, pese a todo lo que había hecho. Me encantan sus películas, que vi de joven, porque hay que decir que también fue un gran director de cine, así como un gran director de teatro y ópera”, dijo.

Calla un maestro

“Con Patrice Chéreau desaparece uno de nuestros más grandes artistas y parte de nosotros mismos. Nos hemos hecho a través de sus películas, su teatro, sus óperas”, dijo a la AFP la ministra de Cultura francesa, Aurélie Filippetti. “Fue un hombre magnífico, generoso y exigente con su talento y los valores que él representaba”, dijo.

“Ha callado un maestro”, tuiteó el presidente del Festival de Cine de Cannes, Gilles Jacob. “Patrice Chéreau se ha unido al Panteón celestial del teatro. Su muerte, como la de (Marcello) Mastroianni, es el fin de un mundo”, tuiteó a su vez Patrick Sommier, jefe de una Casa de la Cultura de los suburbios de París.

El alcalde de París, Bertrand Delanoe, elogió en un comunicado “a un artista excepcional, con una visión e imaginación prodigiosas”, mientras que Jack Lang, ex ministro de Cultura y presidente del Instituto del Mundo Árabe, habló de “un talento sorprendente, que centelleaba”. Chéreau “descubrió destacados autores”, como Bernard-Marie Koltes, dijo Lang.

El encuentro con Koltes lo conmocionó: entre 1982 y 1990 montó sus obras (“Lucha de negros y perros”, “En la soledad de los campos de algodón”…) en el Teatro des Amandier de Nanterre, donde también interpretó a Jean Genet y Heiner Muller.

En ópera, tras la Tetralogía que montó con Boulez para el centenario del Festival de Bayreuth, en 1976 , que lo hizo mundialmente famoso, colaboró con Barenboim (“Wozzeck”, de Berg, en 1992; “Tristán e Isolda “, de Wagner, en 2007 ), con Daniel Harding (“Cosi fan tutte”, de Mozart, en 2005) y otra vez con Boulez (después de “Lulu”, de Berg, en 1979; “De la casa de los muertos”, de Janacek, en 2007).

En el cine, dirigió diez películas, entre ellas “La Reina Margot ” (1994), que fue galardonada en el Festival de Cannes, cuyo jurado presidió en 2003, e “Intimidad”, que se hizo del Oso de Oro en Berlín en 2001.