El Maracaná de Rio de Janeiro, el templo del fútbol brasileño, celebra este sábado un partido de exhibición, que servirá como primer evento test de cara al Mundial-2014 y la Copa Confederaciones de junio, tras dos años cerrado para una profunda y millonaria reforma.

Un juego entre los “amigos” de los exjugadores Ronaldo y Bebeto, ambos ganadores de títulos mundiales con la ‘seleçao’, se disputará sobre el gramado del mítico estadio ante unos 25.000 espectadores, entre ellos 21.000 trabajadores responsables de las obras con sus familiares, la presidenta Dilma Rousseff, además de otros invitados del gobierno y periodistas.

La cifra representa el 30% de la capacidad del complejo deportivo de 78.838 sillas y es el primero de tres test antes de la Copa Confederaciones, que arranca el 15 de junio en Brasilia. El primer juego en Rio es el 16 de junio (México-Italia).

Una segunda prueba está prevista para el 15 de mayo con 50% de capacidad, antes de la inauguración oficial, el 2 de junio, con un partido amistoso entre Brasil e Inglaterra.

“El objetivo del evento test es verificar los equipos, instalaciones e infraestructura para que sean hechos eventuales ajustes para el funcionamiento pleno del estadio, cuando el Maracaná sea inaugurado”, indicó la gobernación del estado de Rio de Janeiro, propietaria del estadio, en un comunicado.

El Maracaná, sede de las finales del Mundial y la Confederaciones, es el quinto estadio cuyas obras fueron concluidas. La FIFA había impuesto el 15 de abril como plazo para que los seis estadios de la Copa Confederaciones estuvieran listos.

Todavía queda pendiente de entrega el estadio mundialista de Brasilia.