Una mujer de Chiguayante reclamó contra un procedimiento de la PDI de Concepción, en el que se allanó su domicilio cuando se encontraba con tres pequeños hijos. Asegura que los detectives se equivocaron de casa, mientras en la PDI señalaron que no hubo un error.
El 27 de febrero de este año, cinco detectives de la brigada antinarcóticos irrumpieron en el domicilio de calle Ojeda, en Chiguayante, a los pies de un cerro, 20 minutos antes de las 8 de la mañana.
Abrieron la puerta de un golpe y luego, frente a los gritos, Silvia Lagos, de 32 años, una técnico en enfermería, sostuvo que exigió una explicación a los funcionarios, quienes simplemente le respondieron que podían hacer lo que querían. Pero que con el correr de los minutos se percató que se habían equivocado de dirección, ya que la persona que buscaban vive al frente.
Silvia se encontraba con sus hijos de 9, 7 y 1 año, quienes comenzaron a llorar, y al irse de la casa los detectives, señaló ella, le aseguraron que repararían la puerta destrozada lo que finalmente no ocurrió.
Entregó una carta de reclamo a la PDI, que le respondió que no hubo error alguno, aunque, para ella la equivocación es evidente. Espera dialogar con la jueza del juzgado de garantía de Concepción, Erica Pezoa, quien extendió la orden.
En la PDI respondieron que el procedimiento estuvo apegado a la ley y que la investigación sigue en curso, por lo que aún se indaga la relación de la reclamante con algunos de los detenidos que arrojó el operativo.
El jefe de la brigada antinarcóticos, Patricio Guajardo, recordó que el procedimiento incautó 35 mil dosis de cocaína base y 200 de marihuana.
Pese a estas explicaciones, la denunciante insiste en que la PDI cometió un error del que no se hace responsable.