Luego que en Osorno el superintendente de Casinos de Juegos aseguró que los denominados “casinos populares” son ilegales, continúan surgiendo aristas en el debate en torno a su polémica actividad.

Al respecto, surgieron críticas hacia el municipio por el otorgamiento de patentes municipales, junto con la solicitud que realizaron parlamentarios de la zona de prohibir su funcionamiento y la determinación de los empresarios cuestionados de querer regularizar su negocio. A lo anterior se sumó una experiencia real que se aleja de la lluvia de declaraciones que hasta el momento se ha dejado caer sobre la materia.

Se trata de la experiencia de Puerto Montt, ciudad en la que luego de un debate similar se llegó a un acuerdo que finalmente permitió que los casinos populares funcionen, determinación que fue liderada por el municipio de la comuna.

Rabindranath Quinteros era el alcalde en 2010 cuando se creo la ordenanza municipal que regularizó el cuestionado funcionamiento de los locales comerciales.

El ex alcalde hizo ver que en la actualidad existe un vacío legal que permite muchas interpretaciones de la ley, agregando que la ley de rentas municipales es finalmente un elemento infranqueable a la hora de entregar las patentes municipales.

La situación de Puerto Montt difiere de Osorno debido a que en la capital regional no existe un casino emplazado en su interior, estando el más próximo en Puerto Varas.

Esto se contrapone al escenario en Osorno, donde la presencia de un centro de juegos en Rahue amparado bajo la Ley de Casinos de Juego genera un mayor cuestionamiento hacia el funcionamiento de los locales con máquinas electrónicas, aunque esta materia se encuentra regulada por mecanismos de control.