Las organizaciones de regantes reaccionaron con escepticismo a la propuesta de la Dirección General de Aguas (DGA) que los insta a entregar una cuota del recurso hídrico, de forma que pueda alimentar las cascadas de los Saltos del Laja.
Dicha propuesta fue presentada por la DGA como una manera de enfrentar la aguda carencia del vital elemento en la postal turística que, en la última década, ha presentado un mermado caudal en el verano.
La idea fundamental implica que cada una de las organizaciones de regantes deje de usar un 12% del agua que emplea en la actualidad. La sumatoria de caudales sumaría unos 10 metros cúbicos por segundo que llegarían hasta los Saltos del Laja y alimentarían las caídas de agua.
Aunque valoró el esfuerzo de la DGA, Héctor Sanhueza, administrador de la Asociación de Canalistas del Laja, planteó que no es justo que los regantes hagan el esfuerzo, más aún cuando las proyecciones inmediatas plantean un escenario de intensa sequía.
A su juicio, los residentes y empresarios de los Saltos del Laja debieran asumir que el panorama para el verano entrante es muy complejo para todos, por lo que las soluciones debieran proyectarse en el largo plazo.
El directivo de los regantes catalogó la situación como injusta, tomando en cuenta que Endesa, el otro actor relevante del sistema Laja, no hace concesión alguna.
Hay que tener en cuenta que el próximo 6 de diciembre próximo volverá a sesionar la denominada mesa del agua en Los Ángeles, ocasión en que los distintos participantes debieran pronunciarse respecto de la propuesta de la DGA y, eventualmente, arribar a un acuerdo.