El delantero alemán de la Lazio de Italia, Miroslav Klose, fue protagonista de una jugada especial al reconocer que hizo algo ilegítimo para conseguir un gol.
Resulta que metió la mano tras un tiro de esquina y descolocó al portero para clavar la pelota en el arco del Nápoli de Eduardo Vargas.
Los jugadores celestes protestaron de inmediato, mientras los romanos festejaban el tanto.
Los jueces, confundidos por la situación, no sabían qué hacer y vivo el segundo de honestidad pocas veces en el fútbol.
El propio Klose dijo al árbitro que convirtió el tanto con la mano, y finalmente se cobró la falta.
Mientras los compañeros y toda la hinchada se querían comer al alemán, los jugadores de Napoli lo saludaron por la actitud.
El partido terminó 3-0 a favor de los napolitanos, con un triplete convertido por el delantero uruguayo Edinson Cavani.