Como parte de las tareas a realizar para tratar de estar informado, es cotidiana la revisión de los diarios: Inevitablemente, la lectura de economía y negocios es una de mis favoritas, ya que advierto simulitudes entre éstas y el fútbol por las múltiples variantes que ofrecen a la hora de hacer movimientoes e inversiones.

En eso estaba, cuando llegué a un segmento en donde siempre hay artículos interesantes llamado “Tendencias”. Allí encontré un titulo que me llamo mucho la atención, y que creo de lectura obligada.

La nota hace una invitación a dejar de lado el esfuerzo por convencernos de que “Todo va a salir bien”, porque no podemos controlarlo todo. “Es mucho más eficaz recordar que, aunque las cosas pueden no salir siempre bien, eso puede ser tolerable en la mayoría de los casos. Y como la incertidumbre es inevitable, la receta es aprender a vivir con ella”.

Traspolando esto a la vida cotidiana, uno ha escuchado hablar de incertidumbres económicas, predicciones respecto a posible catástrofes o guerras, e inclusive a resultados de un partido o de campaña de un equipo, entre otras cosas.

Me hace mucho sentido el pensar que no siempre todo va a salir bien, ya que incluso en el triunfo hay cosas por mejorar. El pensar que la toma de decisiones está sujeta a una respuesta de requerimientos inmediato, hace que luego nuestra decisión pueda ser cuestionable o no. Pero si uno la toma creyendo que es lo mejor, o lo más correcto, luego el tiempo se encargará de responder si aquella fue acertada o no.

Cada vez me convenzo más que el futbol se asemeja mucho a la vida, en donde uno tiene que tomar decisiones a cada momento, como dirigente, entrenador o jugador decidiendo por un equipo, en la semana, entrenamiento, partido, jugada, etc.

Lo anterior, expone las emociones puestas en juego a cada momento, cuando el futbol por definición es un juego portador de incertidumbre. No hay una jugada o partido igual a otro, menos aún, una campaña. Inclusive, se puede entrenar en la semana con once y al primer minuto del partido por expulsión tu equipo queda con uno menos.

El control de todas las variables llega a ser imposible. Quizás, uno pueda intentar anticiparse a las más importantes, minimizando el margen de error, pero siempre habrá algún imprevisto.

Esto nos obliga, sí o sí. a aprender a vivir con éxitos, y a su vez con fracasos, poniendo en juego nuestra tolerancia a soportar el que no todo siempre sigue el curso esperado, como a la vez, pone a prueba nuestra paciencia y nuestra constancia, el amor propio y el querer muchas veces doblarle la mano al presente para construir un mejor futuro.

El futbol, apuesta a un mundo cada vez mas matemático o científico, pero ojo, que aún aquel que es capaz de hacer arte aun destaca, porque está dentro de lo imprevisto.