La psicóloga infantil de la Clínica Cordillera, Jessica Sossa, explicó que el relajo de las vacaciones de invierno es fundamental para comenzar de la mejor manera el nuevo período del año. En este sentido, aclara que es muy importante no sobrepresionar a los niños y jóvenes con los estudios para que no se frustren.

En el caso que los menores hayan tenido un mal comienzo de año, la especialista de Clínica Cordillera afirmó que es bueno establecer horarios de estudio supervisados por adultos y buscar ayuda con psicopedagogos.

Luego del descanso de las vacaciones de invierno los escolares de todo Chile deben volver a clases. Y para muchos el desafío es grande porque además es el momento en el que deben definir metas importantes como mejorar su promedio, e incluso, pasar de curso.

El problema es que esto podría generar estrés en los menores, el que puede derivar en diversos problemas de salud.

Es por ello que la psicóloga infantil recomienda a los padres tomar precauciones creando hábitos de estudios. “Eso sí, hay que evitar la sobrepresión para que los niños logren un buen rendimiento y no se frustren”, aclara.

Sossa agrega que es primordial permitir que los estudiantes descansen y se distraigan durante las vacaciones.

“Luego, un par de días antes de entrar al colegio, es recomendable reorganizar sus horarios, comentándoles que se aproxima la vuelta a clases. Hay que hacerles un pequeño recuento acerca de las cosas positivas de este hecho, recordándoles que es hora de retomar sus obligaciones”, comenta la psicóloga.

Explica además que puede ser normal que los primeros días de clases los menores echen de menos estar en sus casas, pasear o divertirse, pero “es importante que los padres les aclaren que esto les ocurre tanto a niños como adultos. Se debe tratar el tema con total naturalidad. Entrar a clases puede generar estrés pero depende de cada niño, su entorno familiar y la relación que tengan con el colegio que esto no suceda. Es esperable que la primera semana les cueste un poco retomar el ritmo de la rutina escolar pero después de unos días deben adaptarse nuevamente”.

Si un niño se encuentra desmotivado luego de una o dos semanas de clases y continúa de mal humor, triste, irritable o reacio a hacer sus tareas o levantarse temprano, la especialista recomienda a los padres que indaguen sobre qué está sucediendo en su colegio y que consulten con un especialista.

Malas notas en el primer semestre
En el caso que los estudiantes hayan tenido un mal rendimiento en la primera parte del año, Sossa aclara que es fundamental que los padres conversen sobre sus calificaciones cuando emprendan el segundo semestre. “Por esta razón es bueno que los padres se proyecten junto con el niño de manera esperanzadora acerca de cómo será el nuevo período educacional que se avecina. Así podrán motivarlos para que mejoren sus notas”, afirma.

Como recomendación la especialista señala que los padres junto a los profesores y al menor deben realizar un análisis del por qué hubo un mal rendimiento.

“Luego pueden crear un plan para mejorar las notas en las diferentes materias. Como ejemplo es bueno establecer horarios de estudios supervisados por adultos, buscar ayuda con psicopedagogos, mejorar las relaciones entre el menor, los padres y el colegios o atender alguna problemática emocional del niño y la familia, dependiendo de donde radique el problema”, agregó.

A veces la presión de los padres para que los niños tengan un buen rendimiento escolar puede ser perjudicial. Si las exigencias son superiores a lo que el menor puede entregar les generaría frustración. “Si bien el estudio es una responsabilidad importante, las actividades de un menor no deben resumirse sólo a estudiar, es necesario que el niño juegue, comparta, practique deportes, incluso que se equivoque”, finaliza la psicóloga.