Las medidas de seguridad para prevenir ataques de miembros de las fuerzas afganas contra soldados de la coalición fueron reforzadas luego de la muerte de 17 soldados de la OTAN desde el inicio de este año, afirmó un portavoz del Pentágono.

El comandante de la fuerza internacional en Afganistán (ISAF), el general estadounidense John Allen, emitió una nueva “directiva táctica” que prevé principalemente que un militar de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) esté permanentemente armado cuando un grupo de soldados de la coalición esté en contacto con sus homólogos afganos, explicó a la AFP.

“Estas órdenes se aplican desde hace algún tiempo”, precisó el portavoz del Pentágono, el capitán John Kirby.

Entre las 17 víctimas de estos “green-on-blue incidents”, según la terminología de la OTAN, cinco soldados franceses murieron el 20 de enero a manos de un soldado afgano cuando terminaban una sesión de ejercicios físicos, y por lo tanto se encontraban desarmados.

Este papel de “ángel guardián” se aplica también a un militar mientras que sus colegas están durmiendo.

Luego de la muerte de dos consejeros estadounidenses en su oficina en el Ministerio del Interior en Kabul el 25 de febrero, algunos militares de la OTAN fueron autorizados a llevar un arma mientras se encuentren en un edificio gubernamental.

Según el portavoz, el general Allen tomó estas decisiones luego de consultar a las autoridades afganas que, según él, aprueban estas medidas.

La multiplicación de los disparos voluntariamente fratricidas, tensa las relaciones entre militares occidentales y sus homólogos afganos, y las medidas de seguridad tomadas como consecuencia “no significan que la asociación (con el gobierno afgano, ndlr) haya sufrido”, estimó Kirby, según quien la coalición “No puede dejar que esta asociación se transforme en una víctima de guerra”.