El ejército sirio intensificaba el miércoles sus operaciones contra los rebeldes en todo el país, provocando el escepticismo respecto a la aprobación por parte de Damasco del plan de salida de crisis del emisario internacional Kofi Annan.
Los tanques sirios lanzaron el asalto contra Qalaat al Madiq, ciudad del centro del país asediada desde hace dos semanas, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), y donde se registraron violentos combates entre las fuerzas del presidente Bashar al Asad y los grupos rebeldes.
También se registraron enfrentamientos en las provincias de Homs (centro), Deraa (sur) e Idleb (noroeste).
La crisis siria centró la reunión de los ministros árabes de Relaciones Exteriores en Bagdad, que empezaron a redactar una resolución final destinada a la cumbre árabe prevista el jueves.
“Nuestros hermanos en Siria sufren por causa del régimen”, comentó el jefe de la diplomacia libia, Achur Ben Khayal, en la apertura de la reunión.
Incluso China, un fiel aliado de Damasco, admitió el miércoles esperar que el régimen y la oposición siria respeten sus “compromisos” en el marco del plan.
“Nos complace que el gobierno sirio haya aceptado las propuestas de seis puntos del enviado especial (Kofi) Annan y pensamos que esto conducirá a una solución política de la crisis siria”, declaró el portavoz de la diplomacia china, Hong Lei.
La víspera, Estados Unidos había recibido con prudencia el anuncio de que Siria haya aceptado este plan de salida a la crisis, diciendo que esperaba actos y no promesas.
“Juzgaremos la sinceridad y seriedad de Asad por lo que hace, no por lo que dice”, declaró la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, para quien Asad podría dar muestras de su seriedad al “ordenar inmediatamente a las fuerzas del régimen que detengan el fuego y comiencen a retirarse de las áreas pobladas”.
Según un portavoz de Annan, el gobierno sirio escribió al enviado especial de Naciones Unidas y de la Liga Árabe para aceptar su plan en seis puntos, aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
El plan preconiza el cese de toda forma de violencia armada para todas las partes bajo supervisión de la ONU, la entrega de ayuda humanitaria en las zonas afectadas por los combates y la liberación de las personas detenidas de forma arbitraria.
La oposición siria reunida en la cumbre de Estambul, también claramente escéptica, llamó el martes a Bashar al Asad a retirar sus tanques de las ciudades.
La represión a las manifestaciones en contra del régimen del presidente Asad ha dejado más de 9.000 muertos en algo menos de un año, según el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) y la ONU.
“No confiamos en este régimen. Si realmente es serio, debe aplicar esta iniciativa a partir de mañana. No debe haber ningún tanque en las calles y los militares del régimen tienen que ser retirados”, declaró el opositor Walid al Bounni en nombre del conjunto de la oposición, en conferencia de prensa.
La oposición pide la salida de Asad, quien el martes visitó en Homs, a 160 km al norte de Damasco, el barrio rebelde de Baba Amr, bombardeado durante semanas antes de ser retomado por el ejército el pasado 1 de marzo.
Los Comités Locales de Coordinación (LCC) llamaron a las organizaciones internacionales, incluido el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), a “entrar de inmediato en la ciudad de Saraqeb (noroeste)”, declarada ciudad siniestrada, “para evacuar a los heridos y enterrar a los muertos”.
Por lo menos 40 personas han muerto en esta ciudad de la provincia de Idleb desde que las tropas dieron el asalto el domingo, afirman en un comunicado los LCC que organizan la movilización en el terreno.
El miércoles, tres soldados murieron en combates en Rastane, en la provincia de Homs (centro). La víspera, 31 personas, incluidos 18 civiles, murieron en episodios de violencia en Siria.
En Estambul, la mayoría de los representantes de la oposición siria reconocieron al Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición de oposición, como “representante formal” del pueblo sirio.