Con sus amenazas de degradar las notas de solvencia de numerosos países, las tres grandes agencias de calificación financiera aplican una presión máxima sobre una zona euro en la que varios Estados miembros se encaminan hacia la recesión.

Los países de la unión monetaria, que organizan una cumbre tras otra para intentar resolver la crisis de la deuda sin convencer a los mercados financieros, deberían adoptar medidas en favor del crecimiento económico, y no preocuparse sólo de reducir su deuda con medidas de austeridad, advirtió este sábado el economista jefe de la agencia calificadora Standard & Poor’s.

“Se necesita una toma de conciencia más fuerte” sobre la necesidad de preocuparse del crecimiento, declaró este sábado Jean-Michel Six a la radio BFM Business, agregando que en la última cumbre europea del 8 y el 9 de diciembre en Bruselas se obvió el problema.

Según él, hace falta “una estrategia de regreso al crecimiento, que obligatoriamente debe equilibrar el saneamiento de las finanzas públicas”.

Muchos países de la zona euro, presionados por los mercados financieros, han acometido planes de rigor para reducir su deuda, lo que ha tenido como efecto perverso una depresión de las perspectivas de crecimiento.

La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) ya advirtió a fines de noviembre que “la zona euro parece atravesar una ligera recesión”.

Italia, uno de los países más hostigados por el volumen de su deuda pública (120% de su PIB), adoptó el viernes en la Cámara de Diputados el plan de rigor del jefe de gobierno Mario Monti. Éste incluye medidas para reducir el déficit en unos 20.000 millones de euros de aquí a 2014, y otras por valor de más de 10.000 millones para reactivar la actividad.

“Hay una posibilidad muy elevada de que la zona euro sufra una recesión más grave que la que tenemos en nuestro escenario de base. Estimamos en un 40% las posibilidades de una recesión realmente seria, que se traduciría en un año de caída de la actividad en lugar de un semestre”, comentó el economista jefe de Standard and Poor’s.

Las tres agencias (S&P, Moody’s y Fitch) coinciden en que la situación es lo suficientemente grave para amenazar con degradar rápidamente la calificación de solvencia de varios países, lo que podría causar un aumento de los costes de financiación de los mismos y por ende un mayor endeudamiento.

El viernes por la noche, Fitch puso bajo vigilancia a España, Italia, Bélgica, Eslovenia, Chipre e Irlanda. Esto significa que podría rebajar la calificación de solvencia de estos países de aquí a final de enero.

Horas más tarde, Moody’s rebajó dos escalones la calificación de Bélgica, a “Aa3″. Pese a ello, el país sigue en la categoría de emisores de deuda de buena calidad.

Moody’s prevé además revisar la calificación de los países de la zona euro y de la UE en el primer trimestre de 2012.

Por su lado, S&P puso a 15 de los 17 Estados miembros del euro en vigilancia negativa, amenazando la máxima calificación crediticia (AAA) que ostentan las dos principales economías del bloque, Alemania y Francia.

“Tenemos perfecta conciencia de nuestras responsabilidades enormes en este ámbito. Decidiremos a partir de un trabajo en profundidad”, declaró Six, cuya agencia prometió tomar su decisión rápidamente tras la cumbre del 8 y 9 de diciembre.