Fuerte polémica ha provocado en EEUU un reportaje que advierte cómo los médicos, enfermeras y otro personal de salud, han aumentado a niveles peligrosos la posibilidad de distracción en el trabajo durante procedimientos delicados, debido al uso de dispositivos móviles como teléfonos o tablets con conexión a Internet.
La investigación, llevada adelante por el New York Times, revela que a medida que crece el uso de dispositivos electrónicos para recibir información médica y datos del paciente, también crece la posibilidad de que éstos sean usados para actividades personales, convirtiéndose en un factor de riesgo intrahospitalario.
De hecho, un estudio presentado en el seminario anual de la Academia Médica Cardiovascular, demostró que el 55% del personal que monitorea los equipos durante una cirugía de baipás, ha usado su teléfono móvil para conversar o enviar mensajes de texto durante la operación.
Pero esto es sólo la punta del iceberg: médicos y enfermeras revisando su correo electrónico al realizar un procedimiento de entubación, anestesistas usando el PC mientras atienden una cirugía, e incluso una enfermera revisando precios de pasajes aéreos durante una operación vertebral, son algunas de las quejas de supervisores registradas en los hospitales de EEUU.
“Amazon, Gmail, los he visto hacer todos los tipos de compras. He visto eBay… nombra cualquier sitio, lo he visto”, confesó el doctor Stephen Luczycki, director médico de la Unidad de Cuidado Intensivo del Hospital Yale-New Haven, quien frecuentemente ha debido reprender a su personal a cargo.
“Por desgracia, no es raro verlos haciendo cualquier cosa con el computador que no está relacionada con el cuidado de los pacientes”, señala Luczycki, recordando que cuando él estaba haciendo su práctica, ni siquiera se les permitía ingresar a pabellón con un libro de estudios para obligarlo a concentrarse las sutilezas del procedimiento que estaba realizando.
Una opinión similar alberga Dio Sumagaysay, director administrativo de los pabellones en el Hospital de la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregon, admitiendo que ha escuchado quejas o presenciado él mismo a personal de emergencias usando sus dispositivos móviles incluso en momentos críticos.
“Tengo la sensación de que estamos poniendo vidas en riesgo. No estamos educando a nuestra gente sobre el problema, y se está poniendo cada vez peor”, afirmó el doctor Peter J. Papadakos, director de cuidados críticos en el Hospital de la Universidad de Rochester en Nueva York, quien recientemente publicó un artículo sobre la “distracción electrónica” en una revista médica.
Frente a esto, el doctor Peter W. Carmel, presidente de la Asociación Médica Americana, se defiende argumentando que -en una era de la información- los dispositivos no sólo son útiles en proporcionarles datos sobre el paciente y su tratamiento, sino que por la naturaleza de su trabajo, están acostumbrados a realizar múltiples labores al mismo tiempo sin perder la concentración.
Sin embargo, ya existe al menos un caso documentado en Denver, donde un paciente quedó con una parálisis parcial tras una operación. Según su abogado, Scott J. Eldredge, el médico que lo atendía realizó al menos 10 llamadas personales mediante un auricular manos libres mientras estaba interviniéndolo, por lo que no estaba atento a su trabajo. El médico acabó por llegar a un acuerdo financiero con el paciente antes de ir a juicio.
“Los dispositivos móviles tienen una gran capacidad para reducir los riesgos, sin embargo, la última cosa que queremos ver es precisamente lo que está pasando ahora en algunos casos: que el computador se está interponiendo entre el doctor y su paciente”, sentenció el doctor Charles G. Prober, decano asociado para la educación médica.