Películas con guiones tan diversos como Tiburón, Indiana Jones, Harry Potter, la saga Star Wars, Jurassic Park, El Imperio del Sol, son éxitos de taquilla que cuentan con un factor en común: su banda sonora.

Ante esto el nombre del compositor John Williams asoma como pieza fundamental entre los créditos de estos filmes, quien con el paso del tiempo se ha consolidado entregando la seguridad de que, a lo menos, no nos aburriremos (auditivamente) en los siguientes minutos que permaneceremos sentados.

Este músico estadounidense logró su consagración junto a los directores Steven Spielberg y George Lucas, matrimonio creativo que unió a grandes genios autores de una serie de éxitos que permanecen en el inconsciente colectivo, tanto por su originalidad temática, como porque desde el mismo brotan una serie de productos marcados a fuego en la cultura pop.

La marcialidad de un imperio interestelar reflejada en la “Marcha Imperial” o “Tema de Darth Vader” de la zaga de Star Wars, la inocencia y simpatía de un amable extraterrestre en E.T., un tiburón que acecha desde las profundidades, no son elementos al azar sino que músicos como Williams se basan en el leitmotiv para su creación.

Un leitmotiv (proveniente del alemán leiten: guiar y Motiv: motivo) o motivo conductor nace a fines del siglo XIX precisamente desde la música, siendo llevado a las artes escénicas, el estudio social y la economía. Básicamente corresponde una elemento breve que se vuelve reiterativo durante el desarrollo del tema, en el caso de una película una melodía, identificándose con situaciones, escenarios o personajes determinados.

Esto trae como resultado un importante refuerzo dramático a la trama de los filmes, que por medio de elementos como la música pueden profundizar la estimulación de los espectadores, dejando resultados tan satisfactorios como rentables a la industria del cine.

Williams desde la variedad de estilos como el Jazz, música clásica, coral, electrónica, etc. abre la puerta a un fenómeno pocas veces antes repetido, como es que la música de cine dejó de ser sólo un acompañamiento, pasando a ser piezas musicales individuales muy apreciadas en la industria de la música, con grandes éxitos en ventas y tomando un espacio por mérito propio dentro del arte.

Hagamos un ejercicio, cierra tus ojos y escucha con atención el siguiente tema, verás como, con algo de imaginación, sentirás que algo o alguien viene para amenazarte:

Ahora te dejamos el tema principal de La Lista de Schindler, obra compuesta para el violinista judío Itzhak Perlman, quien con la ayuda de la partitura, echa mano a toda su expresividad para retratar el padecimiento del pueblo judío en la II Guerra Mundial:

Cambiando radicalmente de temática el lugarteniente del Emperador, Darth Vader, es representado en toda su atemorizante envergadura a través de una soberbia obra:

La ternura de un visitante de cuello delgado proveniente del espacio exterior se refleja en esta melodía, que acompañó las tardes de cine de muchos durante los 80′ y 90′:

Un intrépido arqueólogo vive una serie de aventuras, mientras una excelente banda sonora hace gala de la pluralidad de elementos que nutren la trama:

La marcialidad del tema central de Superman muestra la nobleza de un hombre dotado de habilidades que lucha por la justicia:

Finalmente, dejamos uno de sus éxitos más electrizantes, especialmente por su vinculación con las imágenes que da un carácter épico a la lucha de ambos lados de “La Fuerza”, video que además muestra parte significa del proceso de producción de el Episodio I de Star Wars “La Amenaza Fantasma”:

La próxima semana seguiremos con este ciclo de Musica y Cine ¿tienes alguna sugerencia respecto de compositores?