En su estupenda gira de 9 días, el presidente Barack Obama se zambulló en el cálido clima del pacífico donde recibió muchos de los elogios y halagos que anhelaba su corazón y que en su propio país le han estado negando. El propósito era causar una buena impresión en Estados Unidos, en donde sus posibilidad de ser reelegido en las elecciones del próximo año dependen casi por completo de que los republicanos sigan haciendo tonterías.

En realidad, Obama aparece en las encuestas como el candidato presidencial con más posibilidades de ser elegido, pero con una votación exigua, y ello se debe básicamente a que los candidatos republicanos no alcanzan suficiente apoyo, es decir, Obama tiene la suerte de Sebastián Piñera, ser el candidato de alternativa a un conglomerado político que ya no es capaz de convencer, los republicanos vendrían a ser como la Concertación chilena, al menos, modelo 2009.

La gira de Barack Obama por la cálida cuenca del pacífico fue principalmente una maniobra apuntada a entusiasmar al pueblo norteamericano, elevar las esperanzas y mostrarse como un auténtico líder, capaz de imponerse a los demás líderes del mundo, incluso cuando las cosas se ponen a ritmo de tambor… no del tambor de la batería de rock, sino esos tambores lúgubres de la danza macabra que se llama guerra.

Escucha a continuación la crónica producida y dirigida por Ruperto Concha.