Las dictaduras nazi y comunista, entre 1933 y 1989, tuvieron el efecto de una “lluvia ácida” sobre la fe cristiana en la parte oriental de Alemania, dijo el sábado el papa Benedicto XVI en la plaza de la catedral de Erfurt, en pleno territorio de la ex República Democrática Alemana.
Al invitar a los católicos alemanes a renovar con el valor y el fervor que sus parientes manifestaron durante las “dificultades”, el sumo pontífice se dirigió a los de la ex República Democrática Alemana, muy descristianizada: “queridos hermanos y hermanas, aquí en Turingia y en lo que era entonces la RDA, tuvieron que soportar una dictadura parda y una dictadura roja, que produjeron sobre la fe cristiana el efecto de una lluvia ácida”.
El tema de las lluvias ácidas es muy sensible en la ex RDA, donde la contaminación industrial sin freno ha causado en algunos lugares enormes daños para la salud y el medio ambiente.
El Papa reconoció que “la nueva libertad”, tras la caída del Muro, hizo posible dar a la Iglesia católica “nuevas posibilidades” como la “reestructuración y la ampliación de iglesias y centros parroquiales”.
“¿Pero esas posibilidades se acompañaron de un crecimiento en la fe? ¿No es necesario buscar las raíces profundas de la fe y de la vía cristiana más allá de la libertad social?”, preguntó el sumo pontífice.
Benedicto XVI hizo una crítica a la Iglesia alemana, considerando que está bien organizada, sigue siendo poderosa en sus estructuras, pero que tiene dificultades para transmitir un mensaje fuerte y lograr que la gente la siga en una sociedad individualista y secular.
El Papa rindió homenaje a los que bajo el régimen comunista, “en un clima hostil a la Iglesia, educaron a sus hijos en la fe católica” y “resistieron a la ideología comunista”.