Una asociación de víctimas de sacerdotes católicos pedófilos reclamó este miércoles en Berlín, ocho días antes de la llegada del Papa, que el arzobispado de la capital alemana transmita los expedientes en su posesión a la Corte Penal Internacional (CPI).

Cuando faltan ocho días para una visita de Benedicto XVI a Berlín, la SNAP, asociación fundada en Estados Unidos, hizo esta demanda durante una conferencia de prensa organizada en una calle detrás de la catedral de Santa Eduvigis, en el centro de la capital alemana.

“En la época, el arzobispo Ratzinger dejó sin defensa en Múnich a niños como yo en manos de criminales, como el padre Peter H. Es grave. Espero que el Papa comprenda que debe cambiar su política para proteger a los niños”, declaró Wilfried Fessellmann.

Este alemán, miembro del SNAP y víctima de un cura pedófilo cuando tenía 11 años, escribió al Papa en varias ocasiones y pidió ser recibido por éste con motivo de su visita a Berlín.

“El SNAP quiere conseguir que ni siquiera un niño sea víctima de abusos sexuales o de violaciones cometidas por un cura”, dijo la presidenta de la asociación, Barbara Blaine, al tiempo que mostraba fotos de las víctimas.

El SNAP prevé manifestarse junto a otras asociaciones con motivo de la visita a Alemania de Benedicto XVI, que tendrá lugar del 22 al 25 de septiembre.

El martes, el SNAP dio un golpe de efecto mediático al presentar un expediente “por crímenes contra la humanidad” ante la Corte Penal Internacional (CPI), una gestión esencialmente simbólica. Según los expertos, esta diligencia, que no se corresponde con una querella sino con una “comunicación”, no tiene ninguna posibilidad de llegar a término.

El fiscal de la CPI sólo puede iniciar una investigación por demanda de un Estado que haya ratificado el Estatuto de Roma (fundacional de la CPI), del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o por iniciativa propia. No investiga a las personas, sino los crímenes.