Los aficionados de la moda viven un verdadero frenesí en la cuenta regresiva a los premios Oscar en Hollywood, donde diseñadores y joyeros compiten para ofrecer vestidos y piedras preciosas a las estrellas que desfilarán en la alfombra roja el próximo domingo.

A menudo se menciona como la pasarela más famosa del mundo. El espectáculo de los Oscar ofrece a las casas de moda una oportunidad única para exhibir sus creaciones más espectaculares a cientos de millones de telespectadores en diversos puntos del planeta.

La publicidad no tiene precio, y esta especie de toma de posición tácita por parte de las celebridades frente a una marca también puede influir en las principales tendencias de la moda para las temporadas venideras; con impacto, finalmente, en la calle.

El atractivo atemporal de un vestido de color plata o platino ha sido una elección popular entre las famosas, y Sandra Bullock, ganadora el año pasado del premio a la Mejor Actriz, eligió entonces un vestido espectacular ajustado al cuerpo en tonos plateado de Marchesa.

La carismática Helen Mirren secundó a Bullock con un diseño en plata de Badgley Mischka, Kate Winslet se ungió en un platino de la firma francesa Yves St. Laurent y Cameron Diaz lució magnífica con straple corte de ostra del dominicano Oscar de la Renta, con bordados de oro y cinturón metálico.

En años anteriores, las tonalidades oro y plata también han imperado en este festín del cine, donde tanto jóvenes actrices como Anne Hathaway (Armani Privé 2009) y Jessica Beal (Prada, 2009), así como la reconocida Julianne Moore (Calvin Klein, 2010) se han inclinado por caminar hacia el teatro Kodak de Hollywood en colores que brillen.

Nada puede ser más símbolo de clase que el estilo ‘vintage’ de alta costura: Julia Roberts usó un vestido de época memorable en blanco y negro de Valentino cuando ganó como mejor actriz por “Erin Brockovich” hace una década.

Cinco años más tarde, Reese Witherspoon celebró su triunfo en los Oscar en la promoción de 2006, con un ‘vintage’ de la casa Dior de ese año, un modelo de un cuento de hadas de tul plateado adornado con bordados de hilo de oro, que compró en París, según explicó entonces.

De las nominadas de este año, tal vez sólo Michelle Williams, postulada por su papel en “Blue Valentine”, podría tomar esta ruta por el estilo clásico de antes, que ha sido su marca en las galas del cine estadounidense.

Helena Bonham Carter parece haber nacido para lucir la alta costura de época, dicen algunos, pero la peculiar actriz británica es conocida por elegir prendas con una mirada más excéntrica y personal: suele llevar Vivienne Westwood con mucho garbo y defiende el estilo gótico a capa y espada.

Las principales contendientes en el rubro de Mejor Actriz, Natalie Portman, nominada por su papel en “Black Swan”, y Annette Bening, por “The Kids Are All Right”, tienen estilos muy propios cada una.

Bening suele vestirse de negro, con la elegancia y modernidad de Armani, o incluso no duda a la hora de meterse en un tuxedo femenino. Mientras, Natalie Portman, quien luce un avanzado embarazo, muy probablemente se incline el domingo por los modelos de Rodarte, casa que diseñó parte del vestuario de las escenas de danza en la cinta que le valió la nominación.

Pero aún quedan por vestir estrellas sumamente codiciadas para el domingo, como Nicole Kidman, y para ello los representantes de las actrices son realmente asediados por los relacionistas públicos de Lanvin, Chanel, Balenciaga, John Galliano para Dior, Tom Ford y John Paul Gaultier.

Marilyn Heston, quien representa a Alexander McQueen, Nicole Miller y Zac Posen, entre otros, dice que los estilistas de las famosas han estado pidiendo diseñadores menos conocidos.

Hoy en día “tal vez haya una reacción negativa a la existencia de X número de personas (vestidas) en Versace, Chanel y Dior”.

Tom Julian, un consultor experto en moda y estilo para Oscar.com coincide con Heston.

“¿Cuántas veces Gwyneth Paltrow va a usar Tom Ford? Una gran cantidad de actrices se da cuenta de que después de cinco años no quieren estar usando al mismo diseñador”, dijo.

Para los hombres, el esmoquin clásico es el traje de elección.

Colin Firth, el favorito de Oscar a Mejor Actor, sí que lleva con orgullo un Tom Ford, el diseñador que se convirtió en cineasta y que le dio a este comediante su primera nominación al Oscar el año pasado por su protagónico en “A Single Man”.