6 astronautas, incluido un ítalo-colombiano, simularán el lunes una llegada al planeta Marte a bordo de una réplica de nave espacial en la que llevan 8 meses encerrados cerca de Moscú, en un viaje con fines científicos.

Marte | USGS

Marte | USGS

La experiencia Marte 500 comenzó el 3 de junio pasado en el Instituto de Problemas Médico-Biológicos (IBMP), en las afueras de Moscú, donde los seis voluntarios, de 26 a 38 años, viven aislados del resto del mundo en condiciones muy cercanas a las de un vuelo a Marte.

Se separaron en dos grupos cuando la nave inmóvil, integrada por cinco módulos, simuló la llegada en órbita alrededor de Marte el 2 de febrero.

Luego, tres hombres se desplazaron al módulo de aterrizaje que debía posarse en el planeta rojo, y los otros permanecieron en el módulo principal, de 20 metros de largo y 3,60 metros de ancho.

La llegada a Marte, prevista el lunes hacia las 10H00 GMT, será transmitida por una pantalla en el Centro Ruso de Control de Vuelos Espaciales (TSOUP), en un suburbio de la capital rusa, donde fueron invitados expertos y periodistas.

Después de unos 250 días de viaje, el tiempo necesario para llegar a Marte desde la Tierra, el ítalo-colombiano Diego Urbina, el ruso Alexander Smolevski, y el chino Wang Yue harán su primera salida en pareja al planeta rojo, seguida de otros dos paseos los días 18 y 22 de febrero.

Durante cerca de un mes simularán las actividades científicas y la vida de una tripulación en Marte dentro de un módulo concebido para representar la superficie marciana, y luego se reunirán con los otros tres tripulantes, el francés Romain Charles y los rusos Sujrob Kamolov y Alexei Sitev.

Los seis voluntarios (tres ingenieros, un médico, un cirujano y un físico) realizan “todas las tareas como si fuera una misión real”, explicó a la AFP Jennifer Ngo-Ahn, jefa de proyecto de Marte 500.

La misión se desarrolla sin problemas hasta ahora, “pero durante un verdadero viaje a Marte hay que enfrentar otros desafíos, como por ejemplo, la gravedad y los problemas de radiación”, agregó.

La IBMP y la Agencia Especial Europea, que realizan esta experiencia en forma conjunta, quieren estudiar los efectos en los seres humanos del aislamiento, la falta de luz natural y de aire fresco, así como la restricción de los contactos humanos que deben sufrir los astronautas que un día viajarán a Marte, aunque no hay ninguna expedición de este tipo prevista antes de 20 ó 30 años.

En caso de problemas de salud, se pueden realizar exámenes en el módulo médico que permite aislar a un tripulante enfermo. Si uno de los voluntarios se viera obligado a abandonar, la experiencia continuaría como si hubiera fallecido.

El regreso a la Tierra está previsto a fines de noviembre después de un viaje de aproximadamente 240 días.