El primer ministro francés, el conservador Francois Fillon, reconoció el martes que durante las pasadas vacaciones de Navidad utilizó un avión del presidente egipcio Hosni Mubarak, cuya salida del poder reclama una rebelión popular desde dos semanas.

Fillon, jefe del gobierno del presidente conservador Nicolas Sarkozy, admitió el martes en un comunicado que el presidente egipcio puso un avión a su disposición -de él y de su familia- durante sus vacaciones navideñas en Egipto.

El primer ministro francés confirmó así una información adelantada por el diario satírico francés Le Canard Enchainé.

El jefe de gobierno galo dijo que había recibido “una invitación de las autoridades egipcias (…) para utilizar un avión de la flotilla gubernamental egipcia para viajar de Asúan a Abu Simbel”, precisó ese comunicado.

Luego de haber visitado un templo “también efectuó una salida en barco por el Nilo, en las mismas condiciones”, es decir como invitado, agrega el texto.

Durante su estadía en Egipto, Francois Fillon fue “alojado por las autoridades egipcias”, añade el mismo comunicado del gobierno francés.

En el mismo comunicado, Fillon precisa que viajó a Egipto en un avión de la flotilla gubernamental francesa junto a su familia.

“Por tratarse de un desplazamiento privado, su billete de avión y el de los miembros de su familia, le son facturados (…) según las tarifas de la Fuerza Aérea y conforme a la regla que él mismo se ha establecido”, indicó el mismo texto.

El responsable francés aceptó las invitaciones de Mubarak cuando ya estaba en Egipto.

Desde hace unas semanas, el gobierno francés enfrenta otra polémica, por unas vacaciones, en la misma época, pero en Túnez, de la actual ministra de Relaciones Exteriores, Michele Alliot Marie.

Durante unas vacaciones de fin de año en Túnez, Alliot Marie utilizó dos veces el avión privado de un amigo del derrocado presidente tunecino presidente Zine el Abidine Ben Ali

Una rebelión popular reclama desde hace 15 días en Egipto la renuncia de Mubarak, en el poder desde hace 30 años.

En quince días de movilización, unas 300 personas murieron según un balance no confirmado de la ONU.