El cuestionado compromiso alcanzado por el presidente estadounidense Barack Obama y los republicanos para impedir un aumento masivo de impuestos a partir del 1º de enero, logró una amplia aprobación en el Senado, dando lugar a un esperado debate en la Cámara baja.

Los senadores adoptaron por 81 votos contra 19 el texto que prolonga por dos años, para todos los estadounidenses, las exoneraciones fiscales adoptadas en 2001 y 2003 durante el gobierno de George W. Bush, y que expiraban el 31 de diciembre.

Inicialmente, los demócratas querían prolongar las exoneraciones solo para los hogares con ingresos menores a 250.000 dólares anuales.

A cambio de la extensión de los beneficios para los más ricos, los demócratas obtuvieron la prolongación por 13 meses de los subsidios ampliados para los desempleados.

“No nos podemos permitir dejar caer (el acuerdo) víctima de la demora o la derrota”, había dicho Obama más temprano, camino a una reunión con 20 altos ejecutivos empresariales para evaluar maneras de reavivar la débil economía estadounidense y de combatir una tasa de desempleo de 9,6%.

“Aliento a los miembros del Congreso actuar para adoptar las exoneraciones fiscales lo más rápidamente posible”, instó el mandatario antes de la votación.

Pero el texto aún debe ser examinado por la Cámara de representantes, donde el debate se anticipa más vigoroso debido a las reservas expresadas por varios demócratas.

Asimismo, varios representantes del ala derecha del Partido Republicano se declararon contrarios al acuerdo, que a instancias de Darrell Issa, el futuro presidente de la poderosa Comisión de medios y arbitrios, estiman que el compromiso es un “esfuerzo insuficiente” de parte del presidente.

La Cámara de Representantes podría pronunciarse en la noche del miércoles sobre el asunto, según una fuente legislativa demócrata.