Vialidad reiteró que existe sólo una vereda peatonal habilitada en el puente “Juan Pablo II”. Un tema sensible en cuanto a seguridad, es la la iluminación, que estaría lista a fines de diciembre.

El puente Juan Pablo II no está como antes del terremoto, pero la conectividad que aporta es valiosa.

Sin embargo, hay algunos trabajos pendientes que comprometen la seguridad de automovilistas y peatones.

Por ejemplo, en las orejas viales por el lado de San Pedro no hay vallas laterales, que están en plena construcción, pero que bien pueden ocasionar un accidente si no se toman las precauciones del caso, más aún si no existe iluminación nocturna.

En cuanto al tránsito peatonal, está habilitado sólo por el paso Aguas Abajo, la más cercana al océano, porque la otra tiene baches que perfectamente pueden provocar la caída al agua de alguna persona.

En torno a la iluminación, Vialidad informó que es parte de los trabajos incorporados en el contrato que expira en enero, de cierre de obras de reparación, pero podría hablitarse a fines de diciembre.