El huracán Karl se debilitó tras entrar a tierra en la costa del Golfo de México este viernes, cerca de la planta nuclear de Laguna Verde, apagada por precaución, pero las autoridades advirtieron que seguirá causando fuertes lluvias en el centro de México.

Karl tocó tierra en “el norte del puerto de Veracruz, en Chachalacas” (este), a unos siete kilómetros de Laguna Verde, la única central nuclear de México, dijo a la AFP Eduardo Sánchez, del Sistema Meteorológico Nacional.

Los dos reactores de la central de energía nuclear Laguna Verde, que produce 3% de la energía que consume México, fueron desactivados como precaución la noche del jueves, informó el gobierno de Veracruz.

La petrolera estatal Pemex también había anunciado la evacuación de los tripulantes de sus plataformas petroleras en el área del Golfo y señaló que “determinó proceder al cierre de producción en 14 pozos de las instalaciones costa afuera”.

El gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, dijo que el “huracán Karl es el más fuerte en la historia” de ese estado del este de México, que ya vive una emergencia por las lluvias de las dos semanas anteriores.

Pero un reporte parcial del organismo de socorro Protección Civil sólo reportaba caída de árboles, postes y avisos callejeros, el cierre de carreteras y viviendas destechadas, sin dar cifras ni reportar víctimas.

Karl, que tocó tierra hacia las 16H30 GMT con vientos que superaban los 190 km por hora y clasificado como categoría tres en la escala Saffir-Simpson (sobre un máximo de cinco), fue perdiendo fuerza y cinco horas más tarde sus vientos habían caído a 150 km/h en la categoría uno.

“Se espera un debilitamiento adicional” a medida que el huracán se desplaza sobre tierra, señaló el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con sede en Miami.

“Karl se convertirá en una depresión tropical el sábado y se disipará en las montañas de México el domingo”, anticipó ese servicio meteorológico.

Pero los mayores efectos devastadores de Karl no se relacionan tanto con la fuerza de sus vientos sino con la intensidad de las lluvias que provocará.

“Lo realmente preocupante no es el ojo del huracán, sino la muralla de lluvias que viene detrás”, dijo en conferencia de prensa Adrián Vasquez, director del Servicio Meteorológico Nacional mexicano.

En Vega de Alatorre, una localidad a 40 km de Laguna Verde, la fuerza de los vientos y el aumento del caudal de los ríos provocaron temor en los pobladores de zonas vecinas, llevados a un albergue habilitado en una parroquia.

“Mi casita era de madera reforzada con unos colchones viejos. Se nos cayó encima anoche, se mojaron todas las camas y los poquitos muebles”, dijo a la AFP Filemón Calderón, de 59 años.

El trayecto de Karl lo enfila a una zona extensamente poblada del centro de México, que incluye al distrito capital (20 millones de habitantes) y el estado de Puebla (5 millones), donde se emitieron alertas de deslaves e inundaciones para el fin de semana.

México, que en noviembre será sede de la cumbre mundial sobre cambio climático, atraviesa lo que el gobierno asegura que es la peor temporada de lluvias desde que se tienen registros.

El estado de Veracruz ya vivía desde hace dos semanas una emergencia por fuertes lluvias que dejaron en todo el país casi un millón de afectados y 25 muertos.

El alcalde de Ciudad de México, Marcelo Ebrard, llamó a los habitantes de la zona a tomar medidas de prevención ante las lluvias y evitar salir a la calle, al tiempo que señaló que 50 albergues fueron habilitados.