El ex dictador surinamés Desi Bouterse prometió trabajar por la unidad nacional, al jurar este jueves como nuevo presidente en una ceremonia ignorada por la comunidad internacional.

Bouterse, de 64 años, ya había llegado al poder por la fuerza en dos ocasiones: en 1980 encabezó un golpe de estado y se quedó en el poder hasta 1987. Tres años más tarde lideró un nuevo golpe contra el gobierno de Ramsewak Shankar y asumió la presidencia hasta 1996.

En esta ocasión, no obstante, fue elegido por el Parlamento el pasado 19 de julio para gobernar por un período de cinco años, con el apoyo de la Mega Combinación, coalición que ganó las elecciones legislativas de mayo al obtener 23 de los 51 escaños.

El mandatario saliente Ronald Venetiaan, opositor a Bouterse, entregó la banda presidencial a la titular del Parlamento, Jennifer Simons, quien a su vez se la colocó a Bouterse.

En su discurso inaugural, Bouterse, puso énfasis en la unidad nacional.

“La oposición no son nuestros oponentes. Los vemos como socios cooperadores para la realización conjunta de las políticas”, afirmó.

El presidente venezolano Hugo Chávez, el único mandatario extranjero que había anunciado su asistencia a la toma de posesión, canceló su visita a último momento.

Holanda, la antigua potencia colonial en este país, condenó a Boutrese por tráfico de cocaína, por lo que hay una orden de arresto internacional en su contra.

Asimismo, Bouterse es objeto de un juicio por las ejecuciones en diciembre de 1982 de 13 civiles y dos militares que se oponían a su régimen. Si es condenado, podría enfrentar hasta 20 años de cárcel.