El presidente Daniel Ortega vestirá de gala este lunes a Nicaragua para celebrar el XXXI aniversario de la Revolución Sandinista junto a sus colaboradores de las nuevas generaciones pero enfrentado a muchos ex compañeros de lucha que lo acusan de “autoritario”.

Imagen: redportiamerica.com

Imagen: redportiamerica.com

La ceremonia tendrá lugar en la Plaza La Fe -en el viejo centro de la capital- donde la guerrilla del Frente Sandinista (FSLN-izquierda) entró hace 31 años triunfante para proclamar la derrota del tirano Anastasio Somoza, último descendiente de una de dictaduras más sangrientas de América Latina.

“El protagonista de esta celebración es el pueblo de Nicaragua que gracias infinitas a Dios, vive hoy en paz”, expresó la primera dama y portavoz del gobierno, Rosario Murillo.

El acto será presidido por Ortega, máximo líder del FSLN, junto a Murillo, con quien comparte la dirección del gobierno, e invitados especiales como el presidente de Abjasia, Serguei Bagapch -vinculado a los intereses rusos- y otros jefes de Estado anunciados por la primera dama cuyos nombres no fueron revelados.

Ortega retornó al poder en el 2007 resuelto a continuar con la Revolución que el FSLN encabezó de 1979 a 1990 en medio de un conflicto político militar con Washington, con el cual ahora mantiene relaciones de respeto y cooperación económica y militar.

La movilización del lunes será encabezada por más de 150.000 militantes sandinistas y jóvenes de familias pobres que han sido beneficiadas por el gobierno con viviendas, títulos de propiedad, micro créditos, becas, salud y educación gratuita con el apoyo de Venezuela y Cuba.

“Este es un gobierno y un proyecto revolucionario comprometido con la juventud”, afirmó Murillo.

Banderas rojas y negras que simbolizan la lucha del FSLN desde la época guerrillera blandean sobre las humildes casas de la capital y alrededores de la plaza La Fe, donde se realizará el evento, mientras enormes rótulos claman que la Revolución aún está “viva”.

En tanto, coloridos y gigantescos rótulos con la imagen de Ortega adornan la capital anunciado “los logros de los 31 años de la revolución”, mientras las bases sandinistas organizan vigilias en los barrios con auto parlantes que entonan melodías revolucionarias del FSLN, Silvio Rodríguez y Víctor Jara que han inspirado a la izquierda latinoamericana.

Ortega ha entregado en sus primeros años de gobierno más de 71.000 títulos de propiedad a personas pobres e indígenas, 400 viviendas a bajos costos y ha superado los apagones al ampliar de 760 a 1000 megavatios la generación de energía con ayuda de Venezuela, Cuba y privados, según datos oficiales.

Los proyectos del gobierno son financiados con dinero de la cooperación venezolana -estimada en casi medio millón de dólares al año a partir del 2008- que Ortega maneja fuera de presupuesto, pese a las críticas de la oposición que lo acusa de beneficiar únicamente a sus partidarios y de enriquecimiento ilícito.

“Ortega se presenta como defensor de los pobres y ha sido defensor de los ricos”, cuestionó una de las dirigentes del disidente Movimiento de Renovación Sandinista (MRS-centroizquierda) y ex comandantes de la revolución, Dora María Téllez.

“Al día de hoy todas las instituciones están colapsadas, porque el presidente Ortega se quiere reelegir” en las elecciones del 2001 amparado en un cuestionado fallo judicial del 2009 que anuló la norma constitucional que prohibía la reelección sucesiva, reprochó la ex comandante.

“Daniel Ortega habla con vos ahorita, te promete una cosa y a la salida de esa puerta cambia las cosas y decide hacer lo contrario”, describió por su parte su ex compañero de lucha, el ex comandante guerrillero Henry Ruiz.

Las encuestas por su lado muestran que la mayoría de los 5,8 millones de nicaragüenses resienten la falta de empleo y la pobreza que existe en el país y expresan su decepción hacia el gobierno y la oposición política.