Un jurado de Portland, noroeste de Estados Unidos, decidió el viernes que una víctima de pedofilia sea indemnizada con 18,5 millones de dólares por la organización Boy Scouts of America, demandada por encubrir los abusos sexuales de sus animadores, informó un diario local.

Boy Scouts of America

Boy Scouts of America

El jurado la localidad del estado de Oregón votó 9-3 y puso fin a seis semanas de un juicio que puso el foco en los Boy Scouts of America (BSA), denunciados por un hombre que los acusó de no haber hecho nada ante los abusos sexuales de los que eran víctimas numerosos niños y adolescentes por parte de un animador grupal en los años 1980.

El acusador, identificado por el diario The Oregonian como Kerry Lewis, había pedido hasta 25 millones de dólares por daños y perjuicios.

La semana pasada, el mismo jurado había decidido en una primera fase que la BSA y su base en Portland, tenían que pagar a Lewis más de un millón de dólares poer el dolor y el sufrimiento provocado en su vida, incluyendo drogadicción y problemas para construir relaciones.

La defensa de la entidad de niños exploradores buscó evitar el pago de una indemnización de 29 millones de dólares por el juicio contra las violaciones del voluntario Timur Dykes.

Lewis, de 38 años hoy en día, fue una de las víctimas de Dykes, un ex animador de la rama de los scouts en el Estado de Oregon, condenado en 3 oportunidades por pedofilia.

La ley de Oregón estipula que el 60% del veredicto vaya al fondo estatal de compensaciones a víctimas del crimen.

La novedad de este juicio es que obligó a los scouts, que celebran este año sus 100 años, a divulgar los archivos en los cuales están consignados los abusos sexuales registrados por la organización.

Expedientes que no habían salido de los archivos de los scout desde hace más de 20 años y que afectan a “miles” de víctimas, según explicó a la AFP a principios de abril Patrick Boyle, editor del sitio youthtoday.com y autor de un libro sobre los escándalos sexuales en la organización scout estadounidense.

“Esto muestra al público hasta qué punto los abusos sexuales están extendidos en algunas instituciones y organizaciones y cómo éstas los ocultaron durante numerosos años”, dijo.