Una delicada situación se vivió esta mañana en la sala de audiencias del juez Patricio Rondini en el tribunal de Puerto Montt.

Hasta el lugar llegó citado un menor de edad quien había quebrantado su condena en un centro semicerrado, por lo que se le aplicó una pena de días.

Apenas el juez leyó el veredicto, el menor de edad extrajo desde sus vestimentas una hoja de afeitar y se ocasionó cortes en sus brazos, ante la vista tanto del magistrado como de la defensora Fabiola Sepúlveda.

El hecho, no menor, abre el debate sobre las reales medidas de seguridad existentes en el tribunal y de cómo tanto los magistrados, como defensores, fiscales, imputados y público en general están expuestos a sufrir cualquier día un ataque, sin que nadie se responsabilice por las medidas de resguardo que deben tomarse.