Las fuerzas internacionales tienen por delante “violentos combates” contra los talibanes en Afganistán, advirtió el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, a su llegada a Kabul para una visita sorpresa.
“Sin ninguna duda, hay una evolución positiva pero diría que es aún demasiado pronto” para pronunciarse, declaró a los periodistas poco antes de aterrizar en Kabul.
Las fuerzas internacionales y afganas deben contar con “combates muy violentos y con días aún muy difíciles”, afirmó, además de estimar que había que “hacer aún más”.
La OTAN y el ejército afgano lanzaron hace tres semanas la operación Mushtarak (Juntos) en Marjah, en la provincia de Helmand, un bastión de los talibanes en el sur del país.
Es la primera visita del jefe del Pentágono desde el lanzamiento de esa operación, la mayor ofensiva de la OTAN y de las fuerzas afganas desde la caída de los talibanes en 2001.
Esta demostración de fuerza requirió el despliegue de 15.000 soldados internacionales y afganos y representa el primer test real para el presidente estadounidense Barack Obama desde que en diciembre anunció el envío de más de 30.000 soldados norteamericanos adicionales a Afganistán.
Gates examinará los resultados preliminares de esta ofensiva con el jefe de las fuerzas internacionales en Afganistán, general Stanley McChrystal.
El responsable estadounidense quiere información “sobre la campaña en curso no sólo en Marjah, sino también sobre las próximas etapas de primavera, verano y otoño”.
Un responsable norteamericano que pidió el anonimato apuntó recientemente Kandahar como próximo objetivo de la OTAN.
Robert Gates también se reunirá con el presidente afgano Hamid Karzai, que viajó el domingo a Marjah, por primera vez desde el inicio de la ofensiva, donde prometió construir escuelas, carreteras y hospitales.
El secretario de Defensa reconoció, por otra parte, que había “principios de buenas noticias” tras la reciente detención de jefes talibanes en Pakistán.
Pero “creo que podemos hacer más”, dijo. Recordó asimismo que la nueva estrategia estadounidense de lucha contra la insurrección y la llegada de tropas suplementarias decidida por Obama no ha hecho más que empezar.
Tan sólo llegaron a Afganistán unos 6.000 de los 30.000 militares que serán desplegados antes de agosto en el país, según Gates.
La visita de Gates se produce en momentos en que se espera en Kabul la llegada del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, bestia negra de Estados Unidos, según la agencia iraní Mehr news.
El líder iraní exigió en varias ocasiones la retirada de las tropas internacionales de Afganistán.
Teherán se opuso a ultranza al régimen de los talibanes, que gobernó el Afganistán de 1996 a 2001, pero los responsables estadounidenses lo acusan de mantener contactos con ellos.
“Ellos (los iraníes) quieren que el gobierno afgano sea amistoso pero no quieren que triunfemos”, estimó Gates.
Durante su conversación con Karzai, el secretario de Defensa abordará el plan de reconciliación con los talibanes que ha puesto sobre la mesa la presidencia afgana.
“Creo que necesitamos dar cuerpo a estas ideas y ver lo que el presidente Karzai tiene en mente”, adelantó.